Los comentarios de los miembros:

 =  inquietante versión además
Jose Joel Rios
[29.Jan.09 22:58]
Tu escrito Javier es un ensayo de la vida o la muerte con ciertas atribuciones. Donde cabe mencionar al reproducir esta frase:
“La ciencia sin la prueba explícita” Donde nos das licencia a refugiarnos tras un relativismo imponente. Aunque ya sabemos el final exacto que a todos nos espera. Es una inquietante versión además, donde podrías ser el Aristóteles moderno. Lo estoy pensando eh!

Un saludo Javier. Gusto leerte.

 =  .
Laurenţiu Ion
[12.Feb.09 21:42]
un texto muy bueno, creo que uno de lo mas bueno de aqui.
saludos!

 =  me encantó
francisco josé malvárez
[10.Feb.09 19:39]
mi querido amigo, realmente querido a pesar de distancias e ignorancias, lamento desilucionarte, no eres el único ya que carezco de tiempo y la inmortalidad en si misma es también finita, sólo siendo un eres escapas definitivamente del tiempo, de la vida y la muerte, cosas que son meras sensaciones y a uno no le atañen. ay mi amigo, sé con aguda certeza que nos encontraremos tantas veces en tantas otras situaciones inexplicables a la razón y al entendimiento humano, pero que en nos es casi te diría lo común. entiendo tu vómito de consciencia, milenaria pulsión que cobijas, seremos, nada más que eso... sguiremos siendo a pesar de los mismos dioses, de nosotros mismos, de todo cuando ello mismo haya parecido concluir. todo lo que existe y no somos... ah, nunca volveremos, es que tampoco habremos partido... si hay algo, si hay nada... como sea estamos
un abrazo enorme, pero enorme, me encantó tu intento de justificar lo injustificable... ni que fueras culpable de ser!!!!
francisco

 =  Sucinta de un fracaso
Javier Raya
[10.Feb.09 20:04]
Señor Pancho (en mexicano) Malvarez:
Qué lectura tan extraña hace usted de mi texto. Y ya más en la confianza del Tú que no somos sino en el reflejo, te cuento que el "vómito" quiso ser más bien burla de una imposibilidad radical: la imposibilidad de morir como exigencia del propio movimiento vital.
Porque uno no muere, vive. Y peligrosamente rozamos la obviedad, como la mosca del alma la mierda fascinadora. Pero no pretendería hacer la apología del ser, como dices. Si tengo que disculparme por ser y eso reflejan mis papeles, mi fracaso es total y consumado. Pero la obra, cosa rara, está más bien lejos de la vecindad del éxito o el fracaso, su universo es el relativo a todo, y su completa fidelidad lo es, si es, sólo hacia sí misma. A la pregunta del querido Valéry "¿qué puede un hombre?", intento responder "puede no morir". Pero queda claro que este argumento no vale como razón de ningún texto: si recurrimos a cualquier exégesis, el texto no es más que la apariencia que se empeñó en descoyuntar. El héroe de armadura y caballo se refleja en el estanque transfigurado en el odioso dragón fumador.
Saludos y siempre gracias por leer.

 =  muy bueno todo
francisco josé malvárez
[10.Feb.09 20:30]
... para serte franco, no recuerdo qué leí, sólo la profunda sensación de lo que viví por ende lo que vivías, más allá de la obra, que sea o no, no le hace, simplemente un documento más de la brevísima y pura experiencia de vivir la intensidad de ser, lo que carece de tiempo y límite.
lo que puede parecer una burla, hay dentro de uno un algo más que nos lleva a excomulgar cualquier intención que nos limite lo posible e imposible, ya que el alma, si existe, cuando le abriste la puerta de serse, se es y lo hace con total independencia, va más allá de tu razón y voluntad... luego la justificas como quieres... te burlas. ... ¿realmente podrías burlarte?
muy bueno todo, te aprecio mucho
dos abrazos, estoy más que generoso hoy!!!!
(ja, ja, ja!!!)
francisco

 =  OPINIÓN
herrera torres
[10.Feb.09 22:52]
Lo esencial de la literatura es que algunos ,como Usted, logran enfrentarse a las utopias, creer ciegamente que todo existe, aunque nadie más lo persiva ni lo sienta, hay que salirse de todo parámetro en el cual se encuentra atrapado el universo y creer que se es, un infinito absoluto, una eternidad suversiva contra la materia misma, aunque nadie lo entienda ni acepte.

 =  El NO de la obra
Javier Raya
[11.Feb.09 00:16]
Más allá de sus generosos, harto generosos comentarios, Herrera y mi broder Malvarez, me preocupa lo que percibo como la identificación, de parte de ambos, del texto con el autor. Sin afán de un parangón excesivo, sino como ilustración, digamos que Borges por haber escrito “Funes, el Memorioso“ no estaría “vomitando“ un ansia oculta o misteriosa de recordar todo cuanto experimentaba. El texto es el texto es el texto... etc. Yo soy un tipo más bien normal que lo escribió.
Por otro lado está este asunto del texto como eyección cuasi orgánica de las valvas del “alma“. El alma es una preocupación ya grande de por sí. Valéry decía que si el alma pudiera desear algo, eso sería carne y duración; no la inmortalidad que pretendidamente angustia a la carne. Tengo para mí que la muerte es el hecho supremo, sí, pero impersonal: como dice Blanchot, se muere, alguien muere, y ese alguien no es nadie. El terreno -no del ser, sino del soy, es la duración. Duración en tanto que nos abre el reino de lo posible. La posibilidad a condición de la muerte. No entiendo por qué parece tan terrible. Bien pensado, uno no muere realmente, (¿quién lo dijo? ¿El querido Montaigne? ¿Castiglione?), ya que cuando la muerte es, yo no soy, y les ahorro el silogismo que es muy claro. O en otros términos, la vida es no-muerte, o muerte sin fin, en una relectura interesante del poema de Gorostiza. O y uno y otro: vivo muriendo, o porque vivo, no muero.
Lo que decía de la obra tiene que ver más bien con su existencia independiente del autor. El papel, el poema, vela por sí mismo. Le importa un carajo si yo lo publico o alguien lo lee o se abstiene de hacerlo. Vive una vida que nos es imposible atisbar: por lo menos yo, casi nunca soy poema, así que no conozco la experiencia a detalle. Y creo que está bien escribir para “sacar“ contenidos emocionales atorados (definitivamente es más barato que el psicólogo), pero no me interesa desarrollar una literatura autoterapéutica, ni catártica, ni nada que no sea puramente ella. Creo que en todo caso la literatura no “cura“ absolutamente nada; el arte sirve sólo si cambia la vida, la del autor tanto como la de los otros. Por ejemplo, el arte puede prescindir de autor (ahí está la literatura medieval) pero no de obra. Y si bien la experiencia vivencial del autor puede sugerir contenidos, el sentido de cada obra está dada por su sola voluntad, misma que, tengo para mí, hay que distinguir y aceptar como exigencia absoluta.
Si me siento deprimido me tomo una cerveza, salgo a caminar, no sé, mato un elefante, pero no escribo un poema como para cambiar mi estado emocional. Sí, por ejemplo, cuando la realidad es excesiva. Todos experimentamos eso a veces. Me gusta una anécdota de la artista francesa Sophie Calle que ilustra este asunto: un día su pareja rompe con ella vía e-mail. Ella no supo que hacer con ese contenido emocional, entonces manda cartas a diferentes artistas, bailarinas, cantantes, rockeras, etc., para que asuman a su manera esa pérdida que la excede. El resultado es una gira por varios países de una exposición multidisciplinaria sumamente excitante. Pero, ¿a la señorita Calle se le restableció del dolor? Lo dudo mucho. Pero es poco importante, la obra ocurrió y lo que le pase al artista es problema exclusivamente suyo.
Los abrazo a ambos y gracias por el interés.

 =  Javier
Tisocco Gustavo
[15.Feb.09 15:27]
Interesante, más no puedo decir javier ya que la narrativa no es lo mío.
Un abrazo enorme Gus.

 =  HAY MÁS INMORTALES DE LOS QUE CREES
Sergio Hernández Gil
[17.Feb.09 01:26]
Oh! Amigo, no puedo hablar de más, así que únicamente diré lo justo: hay más inmortales de los que crees, pero tienen un pacto, que pagan con la vida, para guardar silencio y no descubrirse ante los ojos comunes de los mortales. Sólo el que desea abandonar esta condición se revela ante los demás, aunque hay una ventaja, por lo general nadie les cree pues no tienen manera de comprobarlo y es que la inmortalidad se revela solamente ante los procesos naturales, si tratas de inducirla a través de un elemento artificial como una bala, una espada, un "accidente" lo que se mostrará será la capacidad de morir. Por lo demás parecen normales, envejecen como todo el mundo, pero pueden permanecer muchísimos años en esta última condición antes de rejuvenecer en una noche. Un dato, mientras son viejos, muy viejos, están tan lúcidos como si tuvieran únicamente cincuenta o sesenta años, y cuando han rejuvenecido por lo general nadie les reconoce pues no hay quien se acuerde de ellos. Tal vez son esos casos que "desaparecen" de manera misteriosa, pero es que viajan mucho más allá de lo que la tecnología terrestre lo permite en la actualidad y tardan en volver acá. Tienen muchas razones para guardar silencio, pues por Ley tienen que dejar que la sociedad se desarrolle, evolucione según sus propios caminos. Por lo general tienen vedado el donar conocimiento, han de dejar que los habitantes del planeta lo descubran por sí mismos. ¿Egoísmo? No, para nada. Seguridad. El conocimiento en manos equivocadas es fatal, mortífero. No puedo decirte más, tú has de saber ya el resto. Saludos.

P.D. Esto es únicamente un comentario que he influido en un mortal para que respondiera bajo su nombre, en nombre mío.

 =  Tu no ganaras la imortalidad tan solo no morirás
Francisco Lendoiro
[19.Feb.09 02:37]
El querer, o soñar, o ambicionar, o pretender etc de los etc ser inmortal es la obsesion de los que no logran hacer nada merecedor de la inmortalidad litararia. El no querer atravesar las puertas del eterno sueño pienso que es de cobardes pues del mismo modo que se ha nacido para hacer algo en la vida lo mismo se debe de dejarla para que otros sigan nuestros pasos y experiencias.
Te deseo suerte en tu larga existencia yo tratareé de aventurarme, cuando llegue ese dia, en los albores del mas alla y desde alli leere lo que se dirá de mi.

un saludo

 =  11 novelas
Javier Raya
[19.Feb.09 03:13]
El miedo a la muerte lleva a algunos hombres hacia la piedad, el conocimiento, el aprendizaje de la muerte que constituye toda filosofía. La inmortalidad, es cierto, es una necedad recurrente. Volvemos al miedo a lo inevitable e intentamos evadirlo. Si el terror por la muerte toma la forma de la pirámide de Gizeh, ¿culparán al arquitecto aunque su nombre se borre? Es preciso que la pirámide se construya, y Père-Lachaise sea poblado de huesos.
Por otro lado, me divierte que se lea este cuentito en tono autobiográfico. No sé por qué. No creo ser una buena persona. Es la primera hoja de una novela que tengo arrumbada (¿y quién no tiene por lo menos 11 novelas al día en la cabeza?)
Gracias por leer nuevamente.




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