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INVESTIGACIÓN DE LA PROPIA PRÁCTICA: UNA TARDE, UN DÍA, ASÍ FUE LA PRIMERA SESIÓN DE UN DIPLOMADO DE FORMACIÓN DOCENTE PENSADO PARA LOS MAESTROS EN UN LUGAR DE ZACATECAS.
ensayo [ ]
FORMACIÓN DOCENTE DESDE LA PRÁCTICA

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por [efrain ]

2009-08-23  |     | 



INVESTIGACIÓN DE LA PROPIA PRÁCTICA: UNA TARDE, UN DÍA, ASÍ FUE LA PRIMERA SESIÓN DE UN DIPLOMADO DE FORMACIÓN DOCENTE PENSADO PARA LOS MAESTROS EN UN LUGAR DE ZACATECAS.

Profesor Efraín Gutiérrez De la Isla, Director.
Escuela Secundaria General “Ignacio Zaragoza”,
Ojocaliente, Zacatecas, México.


Introducción.
El desarrollo profesional del docente necesita ser permanente. Que se establezcan situaciones de intercambio pedagógico entre docentes del mismo como de diferente centro de trabajo. Socializar innovaciones estratégicas entre docentes del nivel educativo. Implementación y descentralización de cursos graduados. Actualizar y facilitar material didáctico y de apoyo. Agilizar y simplificar el ingreso a los diferentes diplomados, talleres y cursos de actualización que se oferten. Otorgar diversos apoyos económicos previos a la capacitación. Que el docente tenga facilidades para realizar una permanencia total a los cursos y talleres de actualización. Que el Estado otorgue un presupuesto decente que abarque el equipamiento y el mantenimiento de las tecnologías educativas recomendadas. Desarrollar esquemas de actualización que disminuyan el desprestigio social de la labor docente. Rebasar las expectativas de la sociedad. Elevar el prestigio profesional del educador mexicano. Obtener una visión amplia del medio económico, cultural y pedagógico del contexto social al que servimos. Actuar con un perfil académico de formación y desempeño idóneos que resuelvan las exigencias sociales del medio. Enfrentar de modo apropiado el rol educativo que nos exige la escuela. Que se reforme el Reglamento oficial de escalafón con referencia a la obtención de puntuaciones en los rubros de capacitación, actualización y profesionalización por grados académicos y total de horas curriculares.

Relato de la experiencia.
Faltando 10 minutos para las 4 de la tarde bajé -en pleno Centro Histórico de la bella ciudad de Jalpa Mineral- del automóvil oficial de la Secretaría de Educación y Cultura (SEC) del Gobierno del Estado de Zacatecas, México.

Enseguida el maestro Raúl me recibió con una amplia sonrisa... y ya, mutuamente presentados, tomamos camino al famoso edificio “Pal y Pal” donde por esos años estuvieron -en uno de sus pisos- las instalaciones del Centro de Maestros 3204, espacio que se tuvo previsto para la inauguración y desarrollo del seminario-taller permanente Investigación de la práctica docente, cuyo período de duración estimada sería, según lo organizado, alrededor de ochos meses.

En la charla inicial y de planeación preliminar de esa primera tarde de trabajo, tanto el maestro Raúl como yo -desde luego- celebramos en esos instantes habernos conocido pero, sobre todo, celebramos el hecho histórico de que, en esta dimensión de esfuerzos formativos, participaríamos de responsabilidades mutuas y de docencias colaborativas, todo en relación a los trabajos de asesoría y acompañamiento que asumiríamos, a partir de la fecha, ante el que a esas horas ya anhelábamos fuese un colectivo escolar más en el estado de Zacatecas: el Colectivo TEBEs (Programa: Transformación de la Educación Básica desde la Escuela) de Jalpa Mineral, como fruto de los estudios correspondientes al diplomado Investigación de la práctica docente, mencionado líneas arriba.

Concluimos que esta docencia compartida y de co-asesoría, significaría una experiencia pedagógica muy especial y de alto valor para nuestra trayectoria docente, y que habría -por lo mismo- desde los propios esfuerzos colectivos, dar frutos precisamente colectivos sostenidos éstos en el tenor de dinámicas democráticas; donde la exigencia pedagógica estuviese ausente de la complacencia fácil y se sostuviese, este sistema de trabajo, en el desarrollo de hechos de insoslayable pensamiento crítico, de severidad académica y de, aunque pequeños, avances obvios y permanentes.

Un grupo puntual y numeroso, 47 maestros de educación básica, ya nos esperaba justo desde las 16:00 horas en la sala principal, no por nada, casi al término de los trabajos y, 15 minutos después de las 8 de la noche de ese día, una voz femenina preguntó con cierta preocupación, si se respetarían los tiempos programados de entrada y salida.

El grupo, el maestro Gómez y yo prometimos respetar religiosamente el horario señalado: para entrar, a las 16:00 horas y, para salir, justamente a las 20:00 horas de cada lunes.

Se recomendó a todos realizar la escritura de los saberes de modo individual a partir de los hechos colectivos observados y vividos durante las sesiones. Esto es muy útil para el registro de los pormenores de la trayectoria del grupo. Por experiencia, se ha comprobado que, las crónicas que resultan de estos testimonios ocasionan que el grupo adquiera identidad, pertenencia, crecimiento y aprenda a escribir su vida pedagógica y sus propuestas.

Testimonio y memoria son recursos valiosos para sistematizar nuestras historias de vida académica para, desde la reflexión y la autocriticidad, revolucionar docencias.
Estas predisposiciones personales, como asesor, ocasionaron que dedicara la mayor parte del tiempo de la tarde, no solo en reflexionar y detallar la utilidad sino, igualmente, en alentar el uso de dos instrumentos de la investigación-acción para el registro y balance de datos cualitativos. En esos momentos me referí, largo y tendido, al Diario de Campo y a la Ficha de Pregunta.

El Diario de Campo es un instrumento etnográfico muy servicial y de grandes alcances y posibilidades para el desarrollo de la investigación-acción. Su práctica permanente hará del docente un militante activo en las tareas de animación, innovación e investigación educativa desde su aula.

El registro de los ritmos individuales de su propio autor -el maestro participante- y los hechos de estudio que cause la implantación de compartirlo con todas y todos, permitirá pasos sólidos en la sistematización de la experiencia docente creada en los contextos educativos escolares, donde nos realizamos profesionalmente todos los días y a cada rato.
El Diario de Campo amerita no solo más estudio, cuidado y análisis sobre sus características metodológicas de escritura y uso continuo, sino que habrá de asumirse la responsabilidad académica de sistematizarlo, para convertirnos en autores de Diarios de Campo de cuanta sesión de formación docente coadyuvemos y a las que asistamos. La animación de su uso y análisis sistemático en el aula con el alumnado y en reuniones sostenidas entre docentes, trascenderá hasta los contextos de discusión integrados por autoridades educativas, madres y padres de familia, inclusive.

Estudio, manejo colectivo y animación de las prácticas de enseñanza para su transformación, constituyen el sentido de una atmósfera pedagogizadora que -a partir de convocatorias colaborativas- contemplamos viable en el salón de clases que es nuestro recinto doméstico de desarrollo profesional permanente.

El uso del Diario de Campo nos acercará más a este concepto de realización docente y, por supuesto, a su propia naturaleza técnica de uso y elaboración, a sus características funcionales y a los beneficios como recurso e instrumento etnográfico de la investigación-acción. Con ello estaremos mayormente identificados con la realidad que representamos. Esto permitirá pasos sólidos en el conocimiento del entorno que es lo que interesa ciertamente, al colectivo escolar, como objeto de estudio y como campo de transformación.
Desde el uso del Diario de Campo la lectura del mundo y la identificación plena de la realidad -cara a cara con el oficio pedagógico y en escenarios de arraigo comunitario- se fortalecerán notablemente. Su uso, sus bienes, su influencia, innegablemente, son sorprendentes.

A partir del pensamiento tebesiano una esperanza nueva permeabiliza la atmósfera educativa de la escuela pública en Zacatecas: la transformación decidida de las prácticas docentes de la educación básica en y desde el salón de clases.

La Ficha de Pregunta que se propone, también aportaría elementos valiosos en los esquemas metodológicos y de procedimiento muy propios de la investigación-acción, porque al tenerla cada participante como requisito de entrada para la sesión semanal correspondiente, propiciaría el enriquecimiento colectivo de ideas clave, generadoras de cuerpos de conocimiento y preocupaciones cognoscitivas compartidas, mismas que permitirían un acercamiento seguro -individual y diverso- al objeto de estudio, a la animación, a las tareas de innovación, a los temas de investigación propuestos.
Los cuestionamientos registrados de modo individual y dentro de las Fichas de Pregunta enriquecerán el patrimonio metodológico y la experiencia educativa del colectivo y de sus integrantes.

La verdad es que las preguntas no serán formuladas para que las conteste solamente un miembro del colectivo o, en el peor de los casos, el asesor. Las preguntas son una invitación, una insinuación tajante para que su reflexión y comentarios las asuma el colectivo, ya sea en plenarias o en estudio individual y/o a solas, puesto que cada integrante podrá tener un ejemplar del listado de preguntas pero, sobre todo, se alentará a que las preguntas las lleve ya contestadas el propio autor de las mismas. Sus respuestas y las respuestas de los otros permitirán una reconceptualización teórica de grandes alcances y de amplias posibilidades en el manejo de los saberes previos del colectivo.

La Ficha de Pregunta es un ejercicio de auto-cuestionamiento, ejercicio que no es ajeno al compromiso personal de intentar y lograr simples y pequeños registros de avances sobre un universo que desconoce y que desea conocer, y de las búsquedas y hallazgos que esa auto-inquisición ocasiona gradual, lenta y firmemente.

Gracias a estos instrumentos se tienen previstos dos productos finales que comenzaremos a construir -de manera simultánea- desde la primera sesión.

Como primer producto será una Bitácora de los Diarios de Campo del Colectivo TEBEs de Jalpa Mineral y, como producto siguiente, un cuidadoso listado de Preguntas que se hace el propio colectivo desde sus integrantes, y que titularíamos Así se interrogan, en colectivo, los maestros de la región de Jalpa. Antología de interrogantes docentes, ordenados alfabética y temáticamente, y que visualizamos en primer término, como una posible tarea editorial posterior. Dicho interrogatorio incluirá todas las respuestas que las preguntas causen desde diversos participantes y enfoques.

Estos testimonios seguramente serían el sustento para una serie de investigaciones de campo que más adelante serían seguimiento reflexivo necesario del diplomado, seguramente construiríamos un proyecto tan sugerente como, por ejemplo: Historias de vida v/s reportes normativos; mirar para educar v/s vigilar para controlar o, un rostro en la escuela nos sonríe, nos habla, nos acompaña y formándose nos forma, u otros de tamaño semejante que los colectivos de maestros TEBEs habrán de diseñar y resolver.

Justamente, el propósito será -como ejercicio rutinario- trascender de la incertidumbre a la certidumbre y viceversa, en aras de construir el conocimiento pedagógico local, en aras de saber más, en aras de ser mejores, en aras de formarnos desde el desempeño profesional autóctono más y mejor para los otros, para nuestros alumnos, para la sociedad. En este sentido, partir de la incertidumbre es la cuestión.

El maestro TEBEs es un luchador social por excelencia y por naturaleza. Ser maestro TEBEs es cuestión de elección personal y de conciencia social; es ser revolucionario, es estar inconforme con la realidad social actual; es ser congruente con su lenguaje y con su acción; significa arraigarse en su escuela y en su comunidad para transformarla desde sus propios recursos y desde su propia inteligencia. Ser maestro TEBEs es convertirse en defensor inalterable de ejercicios docentes construidos a pulso para el beneficio social del lugar donde vive y come, trabaja y lucha, sirve y pernocta de verdad.

Como un manifiesto de oro, el maestro TEBEs sostiene que educar es despertar las conciencias sociales para servir. En las escuelas tebesianas contemplamos la formación del mexicano desde una perspectiva docente comprometida y liberadora. Aquí aspiramos crear una escuela de esperanzas, de colaboración y de crítica social.

La deseamos con un rostro profundamente humano. Que sea esta escuela una escuela donde todos los días se juegue y se cante y se ría y se piense y se estudie y se luche, desde la palabra emancipadora y desde la acción, en aras de construir un México donde cada día haya mayor igualdad, mayor justicia y mayor democracia.

Hago mías las palabras de Marcos Daniel Árias Ochoa “Le apostamos a una escuela de educación básica eminentemente democrática. Ésta es nuestra utopía”.

Nuestros pasos, con los alumnos que acompañamos en su formación todos los días y a cada rato, son pequeños pero firmes.

Formar en la escuela para el servicio y las luchas sociales es -debe ser- nuestra consigna y nuestra rúbrica permanente.

Formar a otros -desde la inconformidad y desde la autocrítica- es formarnos con responsabilidad y compromiso.

La primera tarde de este diplomado resultó profundamente inspiradora para subrayar algunas líneas preliminares de reflexión que durante todo el diplomado seguramente retomaríamos para reconceptualizarnos constantemente a partir de una pedagogía zacatecana muy propia -y, por lo tanto- de la escuela donde todos los días trabajamos y que es nuestra realidad social y nuestra exigencia cercana.

El registro diario de las incidencias de los alumnos suele ser realizado con un lenguaje excluyente, discriminatorio, resuelto en torno a dinámicas de absurda estigmatización que alientan el racismo, la descalificación y la desesperanza.

La cultura escolar necesita proponer el lenguaje de la cortesía, del amor, del perdón, de la tolerancia, de la aceptación a la diferencia y de la inclusión para contextualizar el diálogo como práctica fundamental, que permita la transformación permanente de las relaciones que se sostienen en el escenario de la escuela y, con ellas, las del espacio escolar, social y comunitario adyacentes.

Las historias de vida son una incuestionable oportunidad para escribir y para leer lo local dentro y fuera del aula pero también son un valioso recurso para identificar la evolución, el crecimiento, el cambio de prácticas de todos los actores inclusive del maestro quien, mientras propicia el aprendizaje de sus alumnos asume, del mismo modo, sus propios aprendizajes y los sistematiza.

El director de la escuela no está ausente de estos procesos de responsabilidad y compromiso: Cambiar sus prácticas desde su práctica que revalora, que escudriña y con la que se inconforma todo el tiempo.

En la vida como en la escuela todos somos producto histórico. Debemos tener conciencia, memoria y responsabilidad históricas. En las prácticas docentes la lucha social representa este oxígeno, esta defensa. Necesitamos ser responsables de nuestro momento histórico. Necesitamos identificarlo, asumirlo, aprovecharlo, seguirle los pasos; desde la biodiversidad respetar las características peculiares de sus actores y transformar el pequeño mundo cercano de esa modesta área de influencia llamada escuela, que crece -en comunidad- frente a nuestros ojos.

Entre otras, tengo estas tareas que son personales y, naturalmente, las habré de resolver en mi trabajo doméstico como director de una escuela pública mexicana:
Asumir el arraigo en la comunidad como principio pedagógico revolucionario y como bandera de identificación y lucha.

Emprender activismo, militancia y lucha social como proyecto de vida para el desarrollo educativo, cultural y comunitario del entorno.

¿Qué valdrá más?, ¿qué hará más falta?, ¿qué palabras necesitan pensar y decir en voz alta las maestras y los maestros hoy?, ¿qué libertades desencadenará el uso de la oralidad, la lectura silenciosa, la lectura en voz alta, la escritura y la cultura de la escucha a favor de la construcción de la escuela que hoy deseamos para nuestros alumnos? y, ¿cuáles otras -en esa familiarización inteligente de hacer preguntas y contestarlas como estilo de vida escolar- las resolverá?, ¿será útil alentar la participación colectiva con instrumentos de escritura individual? o, ¿qué es lo útil, lo necesario, lo estratégicamente correcto para provocar cambios en las prácticas de enseñanza sostenidas desde el aula?, ¿dónde está ese concepto revolucionario y transformador de las ideas y de los escenarios?, ¿dónde estamos nosotros?, ¿qué haremos mañana?, ¿qué estamos haciendo hoy?

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