La verdad es que el dinero; al igual que todas las demás formas de poder, lo único que hacen es revelar lo que yacía escondido en el alma de las personas. O sea si en verdad quieres conocer a alguien dale poder y sabrás quien es realmente y cómo piensa; le conocerás sin máscaras y sin engaños- El bueno en la pobreza es bueno en la riqueza. El malo en la pobreza es malo en la riqueza, y el que se finge bueno por falta de poder, se delata en la riqueza. El dinero no corrompe, tan sólo destapa lo que ya estaba podrido.

Pero; ¿Para que ser ricos? la verdad es que no es necesario ser ricos, basta con no ser pobres, pero el dinero es poder y hay gente que se desvive por el poder, incluso lo idolatran, tal vez porque se sienten endiosados. El que no sufre de soberbias el único poder que busca es el del conocimiento y el de la solidaridad porque al morir, lo único que nos llevamos es lo que hemos compartido. Sin embargo hay quienes usan el poder del dinero para favorecer a su prójimo, les decimos "generosos" y estos también existen...GRACIAS A DIOS...Negar su existencia es negar una parte de la realidad. Ahora, si los Gobiernos del mundo usaran las riquezas del planeta para generar fuentes de trabajo digno (y no esclavitudes mal remuneradas); salud, vivienda, vialidad, recreación y demás bondades (que para eso están gobernando) no harían falta los ricos "generosos", que por cierto son bien poquitos.

En definitiva, este asunto del dinero me hace pensar en un montón de especulaciones e inquietudes. Primero ¿cuánto cuesta fabricar un billete de cualquier valor? no lo sé pero sé de seguro que es bien poquito, además el costo de un billete...digamos de un dólar; es el mismo de lo que cuesta fabricar uno de mil dólares...poco más o menos. Esto significa que el valor del dinero no depende de su costo. Y entonces ¿de qué depende? según y que de las reservas internacionales en oro; pero a mi esto particularmente no me convence, no sé porqué. Yo creo más bien que el "valor" del dinero depende de la confianza que pone el mundo en cada moneda particular, o sea que; según este paradigma el "valor" del dinero sería directamente proporcional a la credibilidad de una nación, y a la confianza que ella genera. Y recordemos que lo que reflejamos ante el mundo es lo que llevamos por dentro. Una nación cuya población confía en sus productos demostrará e inspirará confianza también fuera de sus fronteras; una nación que desconfía de su producción interna, jamás generará confianza fuera de sus fronteras, debilitando así su moneda con respecto a las demás.

En otro orden de ideas, me gustaría especular sobre el mercado, ese ente abstracto que decide qué cosa consumimos. Veamos en primer lugar, los precios al consumidor dependen de la oferta y la demanda; cuando la oferta supera la demanda los precios bajan, cuando la demanda supera la oferta los precios suben; y es así cómo nos lavamos las manos ante la inflación. Pero sucede que el valor monetario de los productos también influye en la producción. O sea que a nadie con cuatro dedos de frente se le ocurriría sembrar girasoles en lugar de maíz si el precio del maíz es superior al precio del girasol. Así que; profundizando, resulta que los precios del mercado definen qué es lo que se produce y las leyes de la oferta y la demanda definen los precios del mercado, generando un círculo vicioso que nadie aún ha siquiera percibido. Fíjense que el valor real de los productos no debería depender de la oferta y la demanda sino de las capacidades de producción, me explico con un ejemplo:

Si en una hectárea de tierra se pueden producir hasta ciento treinta mil kilos de tomates al año y tan sólo se producen 794 kg de carne bovina; entonces es obvio que; por muy cara que esté la carne, está siempre muy por debajo de su precio real. Además queda el hecho (que a nadie le gusta reconocer ni escuchar) de que; por cada kilo de carne bovina que consumimos le estamos quitando la posibilidad a mucha gente de comer tomates o arroz o maíz o cualquier otro rubro. El valor real de 1 kg de carne bovina es equivalente a 1637,27 kg de tomates. Un kilo de carne me lo como yo en dos almuerzos; y 1637 kilos de tomates ¿a cuánta gente alimenta y por cuánto tiempo? Ojo, estas son sólo especulaciones, pues me encanta el lomito y ni hablar de las costillas de cochino; pero digo; si queremos acabar con el hambre en el mundo ¿no deberíamos poner todos nuestro granito de arena?

Para producir un Kilo de carne se requiere menos trabajo y más terreno que para producir un kilo de arroz o maíz o lo que sea...y eso es algo que deberíamos tener en cuenta si queremos acabar con el hambre.

Además, y para concluir con este ciclo de especulaciones, está también la carrera armamentista (que se frenó un poquito pero no desapareció) en que se derrochan recursos infinitos para fabricar armas de guerra, que si son usadas matan gente y si no son usadas se deterioran y se oxidan. El despilfarro en armas podría muy bien redireccionarse hacia la siembra de los desiertos, la investigación de cultivos hidropónicos, el desarrollo de fuentes renovables de energía (eólica, solar y etc.) en fin, invertir en armamento es botar la plata, y el armamento NO SE COME...