Al salir encontré a Memo,traía un corte en el rostro que iba desde la frente hasta los labios,se lo habían hecho cuando drogado con cocaína tomó una moto que no le pertenecía sólo por el hecho de sentirse Dios,gracias a la droga.No hay que confundirse si es que se piensa que el tipo es un timorato,es un mechador callejero,atrapado por las garras del alcohol y la pasta,un tipo que desde su condición lupenesca inspira respeto,tiene más fuerza que yo a pesar de que le lleve algunos centímetros de estatura y varios kilos de más.Usa el cabello largo,con rizos igual que el mío y es un toro.¿Qué miedo profundo lo condujo a los caminos de la droga,qué?.
Por eso al salir,de la casa de Daniel,luego de que días antes me dijeran que había muerto me alegré de sobremanera,hay Memo para rato me dije.Para ser preciso estaba yo detrás del enrejado de la casa de Daniel,cinturón negro en Tae Kwon Do,de buena familia y de carácter temible:estaba hebrio y lloraba como sólo lo sabe hacer delante mío y de nadie más,repetía:"estoy enfermo,he vuelto al pasado".Lógicamente se refería a su pasado con las drogas y el alcohol.Entré a la casa mientras que observaba a mi rededor botellas rotas,palos quebrados y gotas de sangre."Estamos matando a todos"dijo Daniel con los ojos vidriosos.Pasando el rellano que conduce al segundo piso encontré a Lili,mujer madura que había estado en el Penal de Socabaya por tráfico de drogas un par de años,también de buena familia.Había una botella de ron y bastantes cigarros en la mesa del hall.La guitarra de Daniel estaba a un costado junto con sus sueños de querer ser un gran músico.Agarré una jarra y la llené de agua y empezé a beber de esta.Al instante apareció Claudio,ex-combatiente del Cenepa(conflicto con el Ecuador),con su metro noventa y sus tic nerviosos:empezaron a narrar la historia...
Todos los que iban a esa casa eran víctimas de una violencia descontrolada y sádica.Sino los sodomizaban los maltrataban físicamente hasta llegar a arrancar los gritos de piedad.Durante mucho tiempo intenté que Daniel dejara de tomar,pero el siempre repetía:la calle da,la calle quita.Lo había conocido en psiquiatría cuando me rebelé acá en Arequipa.A él lo habían internado por entrar con un fierro(una pistola)a una conocida discoteca para turistas y haber lanzado varios tiros al aire.Desde allí hicimos amistad.Lo que no sabíamos era que el alcohol destruye a todos sin compasión:Tengo miedo!repetía después de sus crisis.Vaya miedo.
Claudio toma al igual que yo psicotrópicos,es padre de dos hijos y al igual que nosotros vive de las rentas de sus padres.Claudio es demasiado loco,y no por estar carente de razón:odia a aquel que lo hace tomar,odia a aquel que lo incita a drogarse,por que sabe que sus caidas tan atroces que no las soporta más.Odia en otras palabras a los inconsecuentes.
El alcohol y las demás drogas no sólo son un abismo que se ignora(alguien me dijo una vez que el alcohol era la puerta que conducía a todas las drogas y que hacía perder no sólo la cordura sino la decencia)sino que además destruye vidas.Día a día sin embargo se pasan spots publicitarios induciendo a la juventud a consumir alcohol,desde whisky hasta cerveza;en otras palabras les importa nada el hecho de que las vidas de las personas se vayan al diablo.
Cómo rescatar a mis amigos?Cómo sacarlos de ese infierno en el que ellos mismos ya han perdido el control.
Muchos de los de mi generación me dicen que ésta ya ha muerto,yo les reitero que no,que mientras exista alguien con el deseo de hacer las cosas bien habrá esperanza,por eso denuncio desde acá sin pusilanimidad que los estados deben tomar medidas drásticas y preventivas para cuidar la salud mental de sus ciudadanos.La mayoría de amigos que tengo consume algún tipo de droga.No creo ser el único que no consuma drogas,que batalle contra ese mal endémico.No creo ser el único rebelde que contesta ante la realidad.No lo creo....
JULIO MAURICIO PACHECO POLANCO.
ESCRITOR.
AREQUIPA-PERÚ.