La residencia de Dios

Ahora que finalmente sé que dios reside dentro de mi, me quedo más tranquila. Y fue por cosas de la vida que me di cuenta, ya que la verdad no andaba buscando su residencia. Ya lo venia sospechando y primero me decía a mi misma y alguna vez le comente a un par, que dios estaba en el sistema nervioso, ya que cuando tenía el sistema nervioso limpio de toxinas, azucares, estimulantes y excesos, realmente me sentía en paz y total conexión con la vida, una paz que de otro modo no había experimentado. Después con esto de los dos hemisferios sospechaba que tal vez estaría el viviendo en el lado derecho del cerebro.

Pero disculpas por mi ignorancia a todos aquellos que lo supieron antes que yo. A pesar de tantos años de lectura y vivencias, no es que no sabia que él andaba por ahí, pero que verdaderamente residía dentro de mi, no se me ocurría.

Sí recuerdo haber escuchado muchas veces que dios esta dentro de cada uno, pero con eso de que “Señor no soy digna de que entres en mi casa porque una palabra tuya bastare para sanarme” la cosa siempre se me complicó. Si ni siquiera puede entrar a mi propia casa, como entonces podría habitar en mi ser. Que no entres a mi casa?, y por que no? No soy su hija pues? Siempre quise preguntarle al cura de la misa, que de que estaba hablando (tal vez de la fe). Yo digo, “Ven padre celestial aquí cerquita de mi, en mi entorno, con mi gente, en mi mesa y mi habitación, y también quédate aquí conmigo mientras me baño y me lavo los dientes para que te encargues de mis pensamientos no vaya a ser que meta la pata y joda el día.”

Eso por un lado. Por otro pues, como podía estar él dentro de mi en medio de una rabieta, o una depresión o con el PMS? Me pregunté toda la vida: Donde te vas en los momentos que más te necesito? Creo que ahora con lo del entendimiento del ego y sus funciones auto impuestas, pues comprendo que si no lo llamaba a que me acompañara y tomara rienda de la situación, el señor ego haría de las suyas, siendo autor por excelencia de las pataletas de la mente.

Después vino lo de los dos hemisferios del cerebro, el izquierdo intelectual y lógico, y el derecho creativo, imaginativo, y para mí mil veces mas divertido. Ahhhaaaahhh, decidí (después de todo es mi dios y lo pongo donde yo decida) que entonces dios estaría en el lado derecho esperando una vez más que lo inviten a pasar……..Cómo no iba a estar en la parte mas deliciosa de la vida? que es lo intangible, la música, el arte, los colores, formas, imaginación, visualización y demás cosas interesantes que no existen en el 9 a 5 de las corporaciones. Definitivamente que él vive dentro de nosotros y tiene por trono el lado derecho del cerebro.

Entonces por otras cosas de la vida que tampoco andaba buscando, me busco a mi entre mis libros (que van de aquí para allá y de allá para acá, y que luce que ya se quedaran aquí por un buen tiempo) el libro The Road Less Traveled, (sí, en ingles, y qué? esta en inglés y lo leí en inglés). Al final del libro, Mr. Peck habla de la residencia permanente de dios en el “unconscious mind” que es el inconsciente o subconsciente en español, pero no en sentido negativo de actuar con inconsciencia, sino……Ustedes busquen si quieren saber.

Mr. Peck, que se la sabe todas desde hace mucho tiempo, explica clarito cómo esa sabiduría instantánea nos sale en momentos que requieren respuesta inmediata sin saber de donde, o el instinto de conservación que nos salva de una situación peligrosa por segundos, o tantas otras cosas mas a las que le llamamos milagros, y no es más que nuestro protagonista el señor dios actuando para arrullarnos y protegernos en todo momento. Parece que yo no llegué hasta el final del libro la primera vez que lo leí (hacen 19 años), y si lo leí pues en ese momento no estaba interesada en la residencia del padre celestial.

Y por ultimo, lo que me acabó de inspirar a poner mis pensamientos por escrito, es aquello tan lindo del “olor a Dios”. “Sientes ese olor mamá?”, dice la niñita mientras presenciaban un juego de pelota de su hermanito. Si, dice la madre: es el olor a la lluvia que viene en camino y es mejor que nos cubramos. Y dice la niña: NO, ese es el olor de Dios, ese es el mismo olor que tenía cuando me cuidaba y arrullaba mientras crecía en el hospital. (La niña había nacido prematura de dos meses y cabía en al palma de la mano de su padre. Fue un “milagro” su sobrevivencia.)

Resumiendo mi cuento, que no es mas que mi propio cuento, les digo que sin biblia, sin maestros, sin filosofías ni poetas, yo hoy ya me siento mas segura, confiada y tranquilita de cualquier eventualidad del futuro o del presente, porque sé que dios, mi padre protector esta al alcance de un pensamiento, muy cómodo sentado en el “unconscious mind”, que by the way, esta dentro del lado derecho del cerebro, esperando que lo llame para cualquier cosita que necesite o algún acontecimiento del día.

Oigan!, ustedes también pueden llamarlo. No vayan a creer que esta solo en mi lado derecho! Bueno, ahora a otra cosa. Me Felicito y me celebro por mi nuevo descubrimiento!!!

LaCris.