COMO DIOS MANDA

Yo acepto lo que DIOS me manda. Eso que llamamos “lo bueno” o “lo malo” según nuestras propias expectativas.
Acepto sus insoportables silencios y sus ininteligibles mensajes.
Y no lo juzgo por ninguna de todas las manifestaciones que considero procedentes de ÉL.
Yo no soy su juez.
Sólo puedo ser juez de mi propia conducta, la única de la que tengo algún conocimiento algo más profundo que de cualquier otra.
Y quien sabe si existe alguien tan objetivo que, aun conociéndose, pueda juzgarse a sí mismo.
Siendo así: ¿Hay entre Ustedes alguien que conozca y pueda juzgar las acciones de DIOS?
Yo acepto lo que DIOS me manda.
No confundirse: Acepto, no resigno.
Me está permitido insistir.

Daniel Adrián Madeiro

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