reposa la tarde sobre el horizonte
el sol apaciguado está
el otoño deja escapar algunas brisas cálidas
los nardos se mecen con lentitud
mi mirada se desliza lentamente
y el goce me abarca!

ahí, justo ahí:
me golpean tus ojos negros
hechizo de mar y piedra
de piedra y luna
¡y cuenta me doy que me haces falta,
que te quiero, que te extraño
… y la puta madre que no estás!

una sublime tristeza me recorre la piel
vuelve a sangrar esta vieja herida enquistada de soledad
ya no me gusta esta tarde otoñal
es una mierda
otra de las tantas mierdas que me llevan a vos
¡y la maldigo!