A las cinco de la tarde esa transmisión
despierta al radio entre lamentos,
capítulo desplegado cerca del crepúsculo;
una lámpara arde con aceite de lentisco
mermelada que alborota a las moscas
vórtice eléctrico,
girando en el ápice de la aguja fileteadora
los ramales ferroviarios crujen sin aliento,
estruendo oculto bajo la cúpula de cerámica
sigilo apenas contenido por el éxtasis;
aislante térmico para conquistar tranquilidad
las proezas bordadas en el cinturón rúnico
precipitan lluvias de verano,
titán caído y derrotado bajo el peso del árbol
follaje aparecido en instante propicio,
ciprés que detuvo al único cuerno del unicornio
sobre la mesa brillan todas las bazas;
jabalí atrapado a través de un candado monástico
ninguna fuerza demoledora estuvo presente
ningún músculo ha moldeado la gloria,
nada más la valentía fue áncora del sastre
y a mediados de abril barruntamos el epílogo,
cuando solicita por telégrafo un camión
para escapar con su botín.

Jorge Ángel Luna Rosado
Colombia