El hombre y su sombra
renombra su nombre
renueva su estirpe
revive en su arteria.

Hay pasos y huellas
en todas las playas
las olas las barren
las cubre la arena
y el todo es apenas
un suave contraste
de un pie que no estuvo
y anduvo y anduvo…

Hay lodo en el fango
hay barro en el lodo
hay piedras y el todo
se funde a los huesos.
Y llegan traviesos
ruchando sus metras
que como planetas
se entregan al velo
de las gravedades
e interioridades.

El trompo y su arcano
rodando en su eje
-astuto y hereje-
desvela el secreto
del falso reposo
que no contribuye
al soplo gozoso
del cisne que bulle
su patito feo.

Y el todo es un reo
prisión que agiganta
el sueño de infanta:
su príncipe azul.

Ayer me sentía
tan grande y audaz
osado y tenaz
que todo podía
si sólo quería.
Hoy soy el lamento
de una ballena
que a mi se encadena
y me abraza y condena:
extinta su especie
mi pluma sin tinta
y el todo se iguala
a la realidad…

No quedan más versos
en mis dedos vagos
ni quedan estragos
de un mal maloliente
tan solo el presente
segundo a segundo
dibuja mi mundo
sin tu permanencia,
sin mi permanencia
sin más permanencia
que etéreos fantasmas
corriendo apiñados
en calles, condados,
ciudades y pueblos
y en tantas veredas
cruzando sus sendas;
zurciendo las vendas
con hilo y crueldad…

Retumban los ecos
de osados pasados;
mas son sólo sombras
las sombras de un hombre
que vive en sus venas
las cuitas y penas
tan suyas y ajenas…