Nos encontramos como el titiritero de Zaratustra
la cuerda tirante y oscilando el arlequín,
que al unísono mastica necedades;
y al otro lado en la multitud crece la expectación
las cosas que sucederán nos inquietan,
los acontecimientos adquieren forma de helénica tragedia
las naciones que desde hace siglos han dirigido las riendas del globo
contemplan impotentes como se desboca la cuadriga económica,
es débil la autoridad de las naciones unidas
y las principales autoridades del mundo reclaman un gobierno único.
Quizás le imprima coherencia a la economía global
o tal vez será un dictador que supere en maldad,
a todos los sátrapas de la Historia...
Nos encontramos como el titiritero al borde del precipicio
el arlequín aúlla cuando percibe la lejanía del suelo,
no hay mosca que despierte el oído del buey;
la cólera del cambio climático
nos hace revisar los dibujos del códice de Dresde,
donde una bestia vomita tempestades sobre la tierra
cósmico cocodrilo de mandínbulas abiertas,
esas pinceladas lóbregas van dando forma
a un paisaje idílico que conduce los ídolos al crepúsculo
con el retorno del Mesías.

Jorge Ángel Luna Rosado
Colombia