caballos de bronce de ojos saltones
nos miran desde las plazas
y desde los anticuarios
como detenidos en el balcón del tiempo

por las noches bajan descalzos
sin herraduras de miedo
se mimetizan en los muros
y las vidrieras

van en tropeles a golpear
las puertas del cementerio
llaman a la muerte
quieren volver a morir juntos a sus próceres

(próceres que lloran en un eterno desconsuelo)

vos y yo
en excesos de vino y palabras
nos sumamos a ellos puteando
vociferando a los cuatro vientos

en la misma puerta
del mismo cementerio
la milicia nos lleva/ignorantes ellos
como borrachos perdidos

sin entender un ápice
lo que son los poetas
y el dolor y la tristeza
que se ocultan bajo el bronce de la historia

caballos de bronce
lloran impávidos al vernos llevar
con sus ojos saltones
y su impotencia de metal