por qué el dolor se hizo carne de mi palabra y la muerte de sus huesos?
por qué dibujé epitafios y vi de la tormenta, pesadilla?
la noche se me hizo acecho y jauría y la neblina fantasmas enloquecidos, por qué?
por qué me invadió el miedo a la dicha, al amor, a tus ojos de miel y al
atardecer sereno?
por qué mis oídos no escuchan el canto de los pájaros ni mis ojos sus vuelos ven?
siento que no siento, que estoy vacío, por qué?
por qué soy un cántaro y el agua me aterra, me ahoga?
hasta el llanto me asfixia! por qué?
por qué estoy bañado de soledad en esta locura nefasta, soledad de piedra y sangre?
por qué estoy tan lejos de sentir que vivo la vida?
mi invierno es muy largo y tengo frío y tiemblo, por qué?
por que no dejo la pluma, el alma, la consciencia y me pongo ropa sin angustias, zapatos sin pena ni dolor y ando liviano y veo televisión?
me tragué la píldora del dios bueno, el que me vendieron y compre con cuatro quilos de fe e inocencia, por qué?
por qué entré al templo de la adoración, el compra venta de los creyentes, que esperaba encontrar ahí?
por qué no vi el alma grande en su naturaleza, en la sonrisa de los pequeños, en los partos (esos misterios), en las hembras calientes, en cada vez que uno siente los te quiero y los dice temblando de emoción?
por qué no lo vi?...
por qué y para qué haré tantas pregunta, si aún encontrara respuestas, no las escucharía?
nada puedo hacer, no puedo escapar de quién soy y el precio es este desierto de antiguos silencios