Íntegro en su decisión resolvió aquella noche cruzar la Cortina de Hierro
Gabo a sus treinta años era un león en plenitud,
el ambiente patético que circundaba a la tierra de nadie
le hizo recordar la soledad del trópico,
mientras profundizaba en la antigua RDA
perplejo balbucía si acaso todo aquello era falta de solidaridad
incluso la errática atención de la guardia de corps,
mientras uno de ellos difícilmente deletreaba: Aracataca
a través de la alambrada sólo descubre equívocos
enmarcados dentro del realismo mágico.

Gabo, tú has descifrado el laberinto de la soledad
eres un juglar de la lengua castellana,
soy un poeta crecido bajo el influjo de Macondo
El Banco está situado a pocos kilómetros de Aracataca
aquí el domingo parece una necrópolis
los políticos nos condenaron a la miseria.

Y la falta de solidaridad hace más honda la herida
el mediodía difumina nuestro único espejismo
y caemos en esta soledad tan terrible como un macho sin hembra
la imaginación híbrida de nuestra gente
quizá nos salve de la catástrofe
nuestra mente es fértil para el verso
y sobre él edificamos un paraíso.