Solo por praderas desnudas perdido
solo y nuevas veces sentido muerto por los pàramos
de la infinidad,
yo puedo oirte
oirte, oyes bien.
en los susurros de cada cascada
en las nuevas guerras sin cese
en la ausencia de tu vida y la vida de tu ausencia
en los puntos extremos cuando se observan de lejos
en eso mismos puntos cuando son observados de cerca
en las huidas de desespero y sin decoro
en la neblina que recubre las estrellas
donde puedo aletearte como pez recien bañado
donde asìmismo, puedo librar agueros sin la obligaciòn del titubeo màs contìnuo.
donde te oigo de lado, sentado y de frente.
donde puedo sentir tus pies en lino al paso de los dìas
donde puedo ver una sombra bien eclipsada en la sopa
donde puedo ver la profundidad diafana de los lagos escondidos.
puedo entonces saborearte con plenitud de irreconciliable marea
como el estruendo insensato del amor desesperado
como un satiro experto en este arte,
o como un sublime forastero que se cierne en la tiniebla
como eso y como todo, en la pragmática ejecuciòn de tu apasionamiento.
en la beldad del cuerpo que uno quiere hacer suyo