“… que no nos separe la vida y se vaya al diablo la muerte”
(últimos versos de: testamento de otoño - 1959)
Pablo Neruda


hay en mi: toda una tarde calma, de pájaros blandos, serenos como los apacibles nardos
al pensar en tu tibieza, una fresca brisa me empapa el alma y el aire que respira tiene un sabor manso, suave como una naranja dulce que le recuerda tu boca contra la mía

¿sabes que siento tu ausencia? la siento y mucho; si no te pienso, los días son largos, eternos como las sombras de los pinos al atardecer
el tiempo sin vos es tremendamente denso, los minutos parecen burlarse de lo que siento; pasan! si, pasan delante de mí con la vida a cuesta, pero con esa lentitud que sólo el que extraña se da cuenta, esa que de tan lenta parece macabra; de las horas acá sin vos, ni te cuento, es casi mortal

te se y me se lejos, aún así, siento que estamos muy cerca, diría que me estas escuchando, diría como casi al oído, como un susurro, te lo estoy diciendo
soy tuyo, eres mía, se que estamos ahí mixturados el uno para el otro por siempre; esto que nos une es tan fuerte , que hasta la misma vida, la misma muerte tiemblan al saber de nosotros, no hay universo sin ti; toda la humanidad tuvo que suceder y sucede para que esto sea así

acá todo debe estar bien y ser precioso, y quizás el paisaje sea el más bello del mundo, pero a mis ojos, sin vos, sin tu mano aferrada a la mía, sin nuestras sombras entrelazadas siguiéndonos, todo es opaco, aburrido, sin color; no se me despierta la euforia, menos el asombro… me faltas para poder apreciar, para poder contemplar desde el alma y gozar… mas cuando recuerdo los páramos que recorrimos y por estar juntos los veíamos un vergel

¡oh, qué egoísta me ha vuelto la distancia! ¡qué atropello es el pensar de no estar juntos! que no pregunté siquiera: ¿cómo estás?, perdóname, ¿cómo estás?
espero que hayas podido superar el resfrío que mencionaste en la anterior, ¿pasó?, espero que así sea; ¿tu madre, va más tranquila a verte? ¿ha podido entender esto que nos sucede?, ¿sigue sosteniendo que soy muy mal partido para vos?, creo que se irá dando cuenta, en el fondo me acepta, hasta me quiere, diría; quizás los celos aún la superan
cambiemos de tema, mi mañanita soleada, ¿la gata como está, debe haber crecido un montón, no?, supongo que duerme en mi lugar, como corresponde, ¡la muy atorrante!, acá la cama sobra, te pasará lo mismo, pienso, y ella es una dulce compañía

¡para qué lo menciono!... recuerdo tu cuerpo apoyado contra el mío, con ese calor tan justo que la espalda me abrigaba… y cuando enredábamos brazos y piernas hasta hacernos uno y quedar como perdidos en la extensión de las sábanas… ¡y cuando hacíamos el amor!... ¡no, no, no quiero pensar ya en ello!... ¡voy a enloquecer!... ¡tu cuello!… ¡tus pechos!… ¡tu boca bajando por mi vientre, tus manos recorriendo, explorando al salvaje, para agarrarlo con violenta firmeza y apasionado frenesí!... ¡no, no, no!... ¡no debo pensar más que mi corazón se parte!... ¡y tus abismos, tus jugos, no, no!... ¡qué tortura, si hasta te siento, te huelo… pero se que no estás!

falta poco, poco diría, para quebrar este espanto de dura lejanía

nada es bueno sin vos y aquí me despido con una lágrima rodando hacia el vacío, con dolor voy a silenciar mi pluma
pude haberte mentido y decir lo hermoso que era todo, para no afligirte, perdóname, pero es que no era cierto, acá nada tiene sentido si no estas; te extraño, bien lo sabes, pero en el fondo no estoy triste, la dicha me llena el alma, porque me pones así, porque me doy cuenta, porque eres mía y me habitas, por esto inmensurable que nos sucede, que nos une más allá de la misma vida

por siempre como un pájaro en intenso vuelo,
voy hacia ti,
un beso enorme que pronto haré realidad,
reitero mi despido

pd: ¡te llegaron los poemas?

nada más que yo