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LA VACA Y EL TERNERO


En el campo, el atardecer violeta, amansaba el clima. Detrás de un alambrado, una vaca pasta junto a su ternero, en eso ven pasar de derecha a izquierda, de sur a norte, un camión jaula cargado con ganado vacuno.
El ternero con inocencia le pregunta a su madre. – a donde va ese camión mamá, lo vi al tío agnus-. La madre seria y tajante le dice: -al matadero, el hombre los lleva al matadero-. Y sin ningún prejuicio en un fuerte mugido, agrega: - pido al gran dios de las vacas, que algún día haga pasar por lo mismo a los hombres, para que vivan lo que vivimos nosotras, ellos no se lo imaginan-.
Siguen pastando, resignados por no poder hacer nada. Minutos después el ternero que había escuchado el mugido de la madre, grita:- mamá, mamá, el dios te escuchó, el dios te escuchó, mira-. por las vía paralelas a la ruta, de izquierda a derecha, de norte a sur, un tren pasa cargado de hombres, mujeres y niños. El ternero dando saltitos, repetía una y otra vez: - te escuchó mamá, te escucho mamá-. La vaca, mirando casi sin creer, perpleja, le parece ver un toro shorton con gorra gris de maquinista.
Lo siguieron con la mirada hasta que el convoy se ocultó tras el cartel que decía: ¡BIENVENIDOS A AUSCHWITZ!