Yuri tenía pesadillas recurrentes de un desastre inminente. El doctor Boris Andreiev le había explicado que las presiones que soportaba en su trabajo eran uno de los motivos de aquellas contrariedades; pero el las veía como premonitorias. Y aquella madrugada, en su dacha en las afueras de Kiev, recibió un llamado que confirmó sus más terribles presagios.

-Camarada, tiene que venir al aeródromo, su helicóptero y su tripulación están siendo alistados-La voz del camarada coronel Pavlov era perentoria.

-¿Pero, camarada coronel, me podría explicar de que se trata?

-Una vez que llegue se le explicará… y le daremos las directivas correspondientes.

El coronel colgó sin dar más explicaciones. Y Yuri comenzó a realizar todos los movimientos que había aprendido en cientos de horas de entrenamiento. No tenía que pensar… solo actuar. No tardó demasiado en estar completamente vestido con su traje de piloto de rescate. El resto del equipo lo esperaría en el hangar del aeródromo.

Despertó a Nadia y le explicó brevemente la emergencia. Le dio un beso de despedida y salio en silencio, para no despertar los niños que dormían arriba.

Yuri tenía un Gaz-67b del año 1942, era un jeep rendidor y robusto, que en menos de 20 minutos lo llevó a su destino. Al llegar al hangar todo era febril actividad.

-¡Camaradas!... ¡Camaradas… este es el cuadro de situación!-La voz estentórea del camarada Comandante se elevó sobre el bullicio- por favor… acérquense.

Se formo un circulo informal… la actividad era bastante caótica.

-En la madrugada del día de hoy, hacia las 0.100 horas comenzó un experimento en una central nuclear ubicada a 100 kilómetros de aquí-Hizo una pausa, y prosiguió- El mismo consistía en lograr producir energía residual, o sea energía a bajo costo. Para ello los técnicos redujeron el funcionamiento al mínimo… y por lo que pudimos deducir eliminaron varios protocolos de seguridad. Retiraron barras de enfriamiento, cerraron la válvula de escape de vapor y eliminaron el sistema secundario de refrigeración. El experimento fracasó… hubo una explosión…

Yuri levanto la mano.

-¿Que tipo de reactor, camarada comandante?

-Del tipo RBMK refrigerado con agua y con un moderador de grafito. Los expertos habían realizado unas cuántas pruebas. Pero en otro reactor similar de uso militar, todavía estamos comprobando, pero las diferencias pueden haber sido sustanciales.

El comandante de vuelo Andrei Pavlovich pidió la palabra:

-¿Se sabe como ocurrió la deflagración, camarada comandante?

-Nuestros científicos analizaron las grabaciones del experimento y llegaron a está hipótesis: Inicialmente se preveía experimentar con una reducción de la potencia, desde 3.000 megavatios térmicos a 1.000 MWt, pero sin embargo el reactor no pudo estabilizarse con suficiente rapidez, y la potencia se redujo a sólo 30 MWt. Al acumularse una energía en el combustible del orden de 300 cal/g, se produjo una disgregación del combustible seguida por una explosión. Dos o tres segundos después ocurrió una segunda explosión, causada probablemente por la liberación de hidrógeno cuando el vapor oxidó al zirconio de las varillas del combustible-El comandante hizo un significativo silencio-La explosión voló la terraza y dejó el núcleo a cielo abierto. Fue tal la magnitud del estallido, que la loza dónde se afirma el reactor, de un peso de unas dos toneladas; se partió como si fuera de porcelana.

El comandante Pavlovich no era un piloto de rescate, el era uno de combate. Y muy bueno por cierto. Su helicóptero era un Kamov K-50, Tiburón Negro, que estaba siendo desartillado para realizar tareas de rescate y ayuda. Era mucho más versátil que su modelo un tanto más obsoleto: el Mi-28. Pero la ventaja de su pesado aparato era la cantidad de carga que podía transportar. Andrei volvió a preguntar:

-¿Alguna idea del daño ambiental?

-Solo esto, camarada comandante-La voz tembló un tanto-Los cálculos más optimistas son que se han liberado unas ocho millones toneladas de material radioactivo. Los más peligrosos son el yodo-131 y el cesio-137. El tiempo para que se vuelvan inocuos es por lo menos 30 años. La central… llevará un poco más… unos cien mil años.

Un profundo silencio se hizo en la sala.

-Debemos combatir el incendio… sellar el reactor Nº 4, rescatar a los sobrevivientes, evacuar el área y efectuar las tareas de limpieza con urgencia… pronto van a comenzar las preguntas de otros gobiernos y esto lo tenemos que hacer solos…

-¿Cuál es el plan, camarada comandante?-Pregunto Yuri.

-Hemos movilizado, entre civiles y militares, unos ochocientos mil efectivos. Nuestra tarea además de ser liquidadores es la de aprovechar el mismo vuelo para evacuación-El comandante los miró uno por uno-Llevaremos contenedores con plomo, boro, y otros elementos que arrojaremos sobre el núcleo. En el viaje de vuelta cargaremos los heridos y evacuados… no hay turnos prefijados, trabajaremos hasta el límite de nuestras posibilidades… las naves están casi listas para la partida… El camarada coronel Pavlov les entregará las hojas de ruta y las instrucciones.

Todos comenzaron un movimiento rápido, pero controlado, de salida del salón. Cada uno sabía que tenía que hacer.

-¡Ah!... camaradas… ¡Buena suerte!-Un murmullo de aprobación recorrió el lugar-¡Andrei!... ¡Yuri!... vengan por favor…

-Camarada comandante…

-Yuri… por favor solo dígame Dimitri… usted también Andrei…

-Bien… Dimitri… usted dirá…

-Ustedes merecen saber todo lo que no se dijo, antes de partir-dijo el camarada comandante Dimitri Kuvshenko-El material radiactivo liberado es estroncio, plutonio, cesio y mucho más. Se elevó a unos mil metros de altura y los vientos lo llevaron rumbo a Noruega y Suecia… no puede pasar inadvertido

-Dimitri… la verdad… ¿Cuáles son las lecturas?-Preguntó Andrei

-Cincuenta megacurios.

-¡Cincuenta millones de curios!

-Y otros cincuenta millones en gases inertes radioactivos…

-Creo recordar-Dijo Yuri- Que en el accidente de Three-Mile Island, en Pensilvania del año 1979 se liberaron 17 curios… ¿Qué radiación tienen que soportar mis hombres?

-Unos doscientos cincuenta milisievert…

-Con picos de quinientos… deduzco-Dijo lúgubre Andrei-Los equipos anticontaminación serán inservibles…

Dimitri dijo:

-No se los puedo ocultar… es una misión suicida… muy pocos van a sobrevivir…

Los dos hombres salieron del salón rumbo a sus máquinas en silencio.

Yuri se acercó al aparato dónde ya estaban en plena tarea el camarada navegante teniente Konstantin Smilov, el mecánico de abordo sargento Igor Stalivsnasky, y en la bodega del aparato el sargento Boris Konchakopvsky más dos soldados con cara de pánico. Estaban estibando unos contenedores.

-¡Bien!... veo que están trabajando duro-Trató de demostrar un entusiasmo que no tenía-Boris…siga usted con los muchachos… y ustedes miren lo que hace el sargento, es uno de los mejores-Luego lo miró al navegante-Igor… ¿Está todo en orden?

-Estoy chequeando señor…

-¡Bien!... Konstantin-Hizo un movimiento con su cabeza-Tenemos que hablar…

-Si camarada coman…

-Konstantin… dime Yuri… mira tenemos un lío gordo. Necesito todas las lecturas posibles… dirección del viento, su fuerza, la temperatura… en fin todo… excepto… la lectura de radiación.

El otro abrió muy grande los ojos.

-Cualquier cifra que me des será inaceptablemente superior a la media tolerable. Cualquier lectura que hagas… será para preocupar a la tropa… será una cifra muy alta…

-Está bien Yuri… no lo haré...

-Vamos a bordo y hagamos los controles de rutina… ¡Ah!... y conecta la radio al Estado Mayor…quiero saber como va el operativo de rescate…

Yuri se acomodó en la parte delantera de la carlinga, detrás de él y un costado iba Konstantin mirando los indicadores. Boris estaba abstraído controlando los rotores. En la bodega ya casi terminaban. Un jeep engancho la nariz del aparato y lo arrastro al patio de despegue.

Entonces Yuri se permitió pensar algunos segundos en Nadia… en la pequeña Tatiana y en Boris. Estaba seguro que ya no los vería, pero si él no emprendía aquella misión, el peligro probablemente llegaría a ellos. Y aún… aunque tuviera éxito en su misión no era seguro que los niños no lo pagaran a la larga.

Ahora ya estaba concentrado en el control de los ingenios. Boris le recitaba un elemento y el contestaba:

-Chequeado.

Al rato, todos se retiraron de la pista, y un hombre de anaranjado levantó los pulgares. Los motores atronaron en la pista, pudo ver a Andrei en el Kamov K-50 que le hacia señas. Otros dos Mi-28 ya habían despegado.

Yuri aceleró los rotores al máximo y la nave se elevó de inmediato, los otros tres helicópteros estaban ya en el aire esperando su despegue. Inclinó la nariz del Mi-28 y rumbeó con dirección noroeste.

-¡Aquí líder rojo… coordenadas seis… cero… ocho… nor-noreste…suerte camaradas!...Konstantin… la radio…

-Si, Yuri…

Yuri escucho el informe:

-… desde Moscú se han enviado a la zona del desastre dos Antonov 225 con pertrechos, vehículos todo terreno, un hospital móvil con personal médico, más medicinas. Por el Río Dnieper lanchas rápidas y cruceros de combate realizan tareas de evacuación. Desde Chernihiv salieron dos escuadrones de helicópteros para tareas de ayuda y rescate. Las fuerzas terrestres partieron desde L’viv en camiones. Esperamos más ayuda de la base militar de Odesa.

Nuestra tarea prioritaria, además de sofocar el incendio en el reactor número cuatro, es la evacuación total y definitiva, en un perímetro de unos 30 kilómetros alrededor del epicentro del desastre. Esa área quedará inhabitable… según nuestros científicos, por los próximos mil años. Desde este perímetro, marcaremos un segundo, dónde dispondremos la atención de las víctimas y reacomodaremos a los evacuados. Esto implica un movimiento de aproximadamente unos diez millones de personas…

Yuri decidió que ya tenía bastante información, y apagó la radio. El Mi-28 tenía una velocidad máxima de 300 km/hora, pero con la carga actual se estaría desplazando a unos 200 km/hora. En menos de media hora estarían sobre el objetivo. La voz de Konstantin interrumpió sus pensamientos:

-Yuri… luego de arrojar los materiales al reactor, vire rumbo al pueblo… nos están esperando dos oficiales médicos con varios heridos…

-Comprendido…

Él había participado en cientos de misiones de rescate, pero recordaba una en especial. Un submarino nuclear había tenido un problema similar al del reactor. Por milagro y por el arrojo de la tripulación no había terminado en un desastre de proporciones, y en un incidente internacional.

Yuri llegó al lugar del accidente en helicóptero, y lo bajaron en una silleta para subir los heridos. Uno de ellos, casi un niño, lo aferro de un brazo y le gritó:

-¡Oh! ¡Duele! ¡Duele mucho!

Lo miró. Por las orejas le caía sangre… parecía que algo le había estallado en su cabeza. Comenzó a hacer arcadas, y la espuma le salió por la boca y las fosas nasales. Tosió y ahora salió sangre mezclada con la espuma. Yuri llevó la mano a su Makarov 9x18 y quitó el seguro. En ese instante lo alzaron hasta la bodega del Mi-8 y dos enfermeros le sacaron al muchacho de sus brazos.

Él no iba a permitir que ningún enfermero prolongara una estéril agonía. El sabía lo que tenía que hacer llegado el caso. Se sorprendió al darse cuenta que llevaba los controles con una mano, y con la otra acariciaba las cachas de la automática.

En el horizonte se veía un resplandor blanco azulado. Se acercaban rápidamente. El resplandor se transformó en una bola incandescente de fuego blanco.

-Boris… Konstantin… es la cobertura de grafito… al caer en el núcleo se desintegró a temperaturas altísimas… las llamaradas ya no son azules, amarillas ni anaranjadas. Ni siquiera rojas… se vuelven blancas…

Se alistaron para la parte más delicada de la misión. Alrededor de la bola de fuego se veían como un enjambre de moscas furiosas. Eran decenas de helicópteros que arrojaban el plomo y el boro. El calor era tan intenso que los materiales se derretían antes de impactar en el núcleo del reactor.

-¡Camaradas… preparados!... arrojen los contenedores…

El helicóptero entró en la zona caliente. Los parabrisas son de material resistentes a los impactos, pero el calor los comenzó a deformar como si fueran de plástico.

-¡Rápido!... ¡Rápido!...

-¡Vamos!... ¡Ya! Nos vamos Yuri…

El comandante de vuelo tiró con fuerza de los controles y se elevó rápidamente.

-Boris… ¡Pierdo altura!... ¡Que mierda pasa!

-¡Acá todo está bien!... impulsores a máxima velocidad… los dos rotores bien…

Konstantin gritó:

-¡Estamos en el vórtice de fuego!... tienes que salir… hay ausencia de aire…

La columna de fuego quemaba todo el aire y producía vacío, las aspas giraban inútilmente. El aparato comenzó a caer de cola. Yuri movió las palancas de control desesperadamente en ambas direcciones. Durante un instante pareció recobrar el equilibrio, pero se ladeo y comenzó a caer de nariz, haciendo una barrena corta y violenta. Ellos jamás supieron lo que pasó después. El aparato se incendió en forma espontánea, como una bengala. Antes de caer sobre el reactor Nº 4, todos sus tripulantes habían fallecido carbonizados.

"La noche del 26 de abril de 1986, para ser más exactos a la 1.23AM, el reactor Nº 4 del complejo atómico de Chernobyl estalló. Otros dos reactores estaban en construcción en ese momento.

Luego de 9 días de heroico esfuerzo los 800.000 “liquidadores”, entre civiles y militares, logran extinguir el incendio. Luego se construirá un sarcófago de plomo, boro, acero y concreto para sellar la central atómica, por los próximos cien mil años. El gobierno informó de la muerte de 30.000 “liquidadores”, más 31 víctimas en la explosión. Nada dicen de las graves secuelas físicas y psicológicas.

El día 15 de diciembre del año 2.000, Ucrania desactiva el último reactor en funcionamiento en el complejo.

En la actualidad, tanto Ucrania, Belarús, Rusia y demás países afectados destinan ingentes esfuerzos económicos para control de población, cultivos y ganados. Hasta el día de la fecha se han destinado 250 mil millones de dólares americanos a este fin.

De todas maneras los registros de cáncer infantil, muertes causadas por exceso de radiación, mutaciones genéticas animales, casos de envenenamiento radioactivo han aumentado en forma dramática en la zona del desastre.

El sueño de la energía barata y abundante se ha transformado en una pesadilla. El esfuerzo de personas como el comandante de vuelo Yuri Ilich Yavshenko y su tripulación fue inútil. El río Dnieper vierte sus aguas en el Mar Negro. Está envenenado radiactivamente. El sarcófago del reactor Nº 4, presenta 200 m/cuadrados de grietas. Otros “liquidadores” serán enviados a una muerte segura para tratar de repararlo. Si no lo logran… ni los hijos de Yuri, ni su esposa, ni nadie podrán vivir a salvo en este mundo…"