Al despertar tenía los brazos sujetados con correas de cuero
y el habla cedada.Sentía todo el cuerpo pesado como si hubiera recibido una brutal golpiza.Abrió fijamente los ojos haciendo un esfuerzo para comprenderlo todo mejor.Las paredes eran frías como su color:un verde gastado por los años.Gritos desaforados venían de todas partes,alguien lloraba,algunos otros reían.No entendía nada Mauricio.Para ser preciso estaba en la sala de observación de un psiquiátrico.Dos policías entraron entonces a donde él estaba y le dijeron:escribe sobre esto Mauricio,no te quedes callado.Luchastes por tu libertad y nadie te entendió.Nosotros sólo cumplimos órdenes.Te enfrentastes contra el presidente,eres de los pocos rebeldes que aún quedan.(en ese entonces gobernaba Fujimori Fujimori al Perú.la corrupción había calado hondamente en todas partes.Mauricio sólo había hecho lo que creyó justo:REBELARSE).Salieron los dos policías de la sala de observación mientras que entraba una enfermera con una inyección de Haldol de 5 ml.Le clavó en la nalga izquierda la ampolleta y un sueño profundo lo derrotó postrado sobre la cama.
Al día siguiente el internista Rodriguez entró junto con una tablilla donde se le haría su historia clínica.Le hizo unas cuantes preguntas a Mauricio,él lo mandó al diablo:! No ve que a las justas puedo hablar!! Lárguese!.El internista se marchó dejando una nota médica sobre la mesa de noche que estaba a su lado derecho,decía:inicios de esquizofrenia paranoide.Un grito destemplado estremeció el pabellón de psiquiatría del Hospital Honorio Delgado...era Mauricio,Mauricio en el mundo.
8 días estuvo allí,incomunicado,en silencio,cedado 4 veces al día con ampolletas de Haldol y Dogmatil forte en pastillas.Nada era lúcido en él y él sabía,sabía que las drogas producían ese efecto:locura,dislalia o incoherencia al momento de querer comunicarse;sabía que a la medicina también podían comprársela,que habían y hay médicos putos,que de nada le había valido enfrentarse a todos para ser libre.Que el hecho de que hubiese sido apoyado por decenas de taxistas no implicaba que su acto legítimo de libertad de expresión valiese.Había ido demasiado léjos.

No había claridad en el pabellón.El sol no estaba al alcance de nadie.Se sentía muy confundido.Sabía que no podía resistirse a tomar los medicamentos ya que inmediatamente sería llevado a la sala de observación donde los técnicos lo reducirían hasta volverlo a cedar con más inyecciones.

Fueron largos 3 meses.
Mauricio no entendía nada de lo que allí se hablaba.Se usaba dentro del pabellón por parte de los pacientes un idioma que él desconocía,se hablaba de drogas y sexo,Mauricio sólo manejaba un idioma cultivado en base a lecturas de libros,novelas,poesía,nunca el lenguaje del lumpen,de aquellos a los cuales se les llama locos o que reciben tratamiento pisiquiátrico por diversos motivos.
Encontró drogadictos,alcohólicos,mujeres que habían intentado suicidarse,epilépticos y santos víctimas del sistema que creían ser Jesús o la misma Virgen María.
Todos se despertaban a las 5 de la mañanapor órden del médico de turno y el jefe de psiquiatría apellidado Vilca.Se duchaban a esa hora.Mauricio luego trotaba por el pasillo como solía hacerlo en su habitual rutina.Mauricio no tuvo nunca amigos mas que los libros,No fumaba,no tomaba ni se drogaba.Ahora sólo trotaba,trotaba y trotaba durante una hora diaria dentro del pabellón.
A las 7 se desayunaba y luego se pasaba por el tópico de enfermeras para recibir la primer dosis de pastillas.
Luego a las 10 de la mañana luego de verse las caras los pacientes se volvía hacia las habitaciones que eran compartidas para la revista médica.Cuánto no apeló Mauricio ante el hecho de no querer aceptar el diagnóstico.La ley no existe pensó.El código civil es basura como lo es también la Defensoría del Pueblo a donde acudió y no se le hizo caso cuando quiso levantar garantías para no ser internado.
Su defensa verbal ante el `psiquiatra Vilca fue inutil.Día tras día las dosis de los medicamentos fueron gradualmente siendo aumentadas hasta anular completamente la conciencia de él.Sin embargo resistía.Un día entraron los hombres de blanco y dijeron:"hay que aplicar TES "(terapia de electroshoke).
Fueron largos 3 meses,100 días.Nada volvió a ser igual ni por el hecho que hubiese sido considerado el baluarte de la libertad de expresión de ese entonces.
Al salir del hospital,sin poder sostener conversación alguna,cedado por la clozapina de 100gr y las dos ampolletas de Haldol Decanoas de 100ml comprendió que la Libertad no existía,que en el Perú sólo los ricos son libres y que a los rebeldes les esperaba si bien la prisión o sino el psiquiátrico.Ya era tarde.Su diagnóstico era F-20.0 y nada cambiaría las cosas.Serían a partir de entonces 5 largos años de cedación y embrutecimiento,5 largos años,5.