Los días son tediosos,no hay nada nuevo en ellos,traen siempre la misma rutina y la tristeza crece más y más.Me levanto tarde,para ser preciso siempre a las 10 de la mañana.Ya no voy a leer a la biblioteca municipal,ya no encuentro placer en leer libros que me aburren,que no dicen lo que siento,quizás por eso escribo,para expresar lo que siento.Debo de ser claro,soy escritor y en el medio local se me conoce totalmente.Saben que soy un tipo solitario que necesita de las presentaciones literarias para soltar todo aquello que voy almacenando con el transcurrir de los días y que vuelco de manera enérgica ante auditorios repletos que siempre están ansiosos de saber qué he escrito en ese lapso en el que no se sabe nada de mí.
Hasta hace un tiempo salía con una bella mujer.Dejamos de vernos pues la relación empezó a afectarme,sentía cómo iba entrometiendo su universo en el mío y sin darme cuenta empezé a ver el mundo como ella lo miraba.No eramos tal para cual.A veces la belleza engaña y nos hace creer que tras su misterio hay un mundo fantástico que descubrir.Cuando comprendí que era emocionalmente inestable preferí no seguir saliendo con ella y no por que sea un desconsiderado,es que a veces la dulzura viene acompañada de ponzoña y lo que ella me otorgaba era desazón,es decir ,la senación de que el amor no existe o que ella ya lo había experimentado de tal manera que no encontraba sentido en él y que lo que prefería era tener amigos,sí,muchos amigos que terminasen en convertirse en sus refugios momentáneos ante sus depresiones.Me semtí pues usado,Un día me cansé de tanta farsa,de sus juegos maquinados con tanta maestría y de su falta de coherencia ante la actitud asumida conmigo que decidí no verla más.En otras palabras era una calienta huevos que disfrutaba con ello.La dejé de ver luego de haberme enfrentado a mi realidad.Qué podía yo ofrecerle si todo el tiempo que dispongo está abocado a escribir.Recuerdo aquella mañana en que me llamó y me dijo que quería verme.Había pasado tanto tiempo y estuve muy interesado en volver a verla.Nos conocimos muchos años atrás cuando sacaba una revista en la universidad,una revista literaria que era repartida gratuitamente en la facultad de arquitectura y que tuvo rápida difusión.Le gustó mis ideas y de allí nos hicimos amigos.Salimos un par de veces y luego dejamos que la vida siguiera tomando su curso respectivo en cada uno de nosotros.Una noche subiendo por la calle San Fransisco nos volvimos a encontrar,se emocionó y no sabía qué decir mientras tartamudeaba.Me pidió mi nuevo número de teléfono y quedamos en que uno de esos días me llamaría.Aquella mañana de domingo me llamó y me dijo que estaba en la plaza de mi distrito esperándome.Luego de despertarme bien y ducharme y desayunar fui a su encuentro.Ella estaba allí sentada,esperando mientras la mañana se llenaba de sol y sus ojos se hacían más azules.Su cabello era dorado y brillaba.Vino a mi encuentro.Tremenda yeguaza de 1.82cm.bien despachada y atractiva para todos.Traía un libro en sus manos,decía:"cómo hacer feliz a un hombre".Nuestros encuentros se hicieron seguidos,regulares y con el tiempo aburridos.Comprendí que lo único que buscaba era amigos y que se sentía muy sola.Pude haberla hecho mía,pero sabía que podía enamorarme y eso no me gustaba pues en mis anteriores intentos frustados de querer haber entablado alguna relación siempre me había ido mal y el desamor me había derrotado terriblemente.
Volviendo al inicio de la narración,ya la había borrado de mis pensamientos e la mujer de la cual he escrito.Los días traen siempre lo mismo,eso fue lo que ella me enseñó.Había pues roto mi burbuja y el encantamiento maligno había dejado una huella enferma.
Salí de mi casa como es habitual y me dirigí al cercado de la ciudad para comprar mis cigarrillos.El sol,siempre el sol bronceando a todos,desde los auténticos arequipeños hasta a los más nacarados turistas,el sol no perdona a nadie,deja un color dorado en la piel y ee agradable sentarse en las bancas de la Plaza de Armas para tomar baños de éste y sentirse como frente al mar.Arequipa posee una virtud más,su clima es de un eterno verano que no cansa ni fastidia a nadie.La multitud de personas es también algo que disfruto en mis paseos y largas caminatas solitarias.Hay mucha gente en el cercado de la ciudad y se puede encontrar atractiva la vista al verse rodeado de tantas bellezas.Pero no todas están llamadas al goze de uno,son simples aves peregrinas que desean volar en libertad sin que nadie las oprima.Esas premisas recurrentes de el ser posesivo y celoso están bien para los que recién se incian en el amor.A mis 34 años he entendido que a la mujer hay que tratarla a la mala así uno no lo quiera.Pararle los machos y dejarles bien entendido que no son las únicas que puedan hacernos felices,que hay pues muchos peces en el mar.Es curioso,cuando uno se enamora el sentirse sexy es tan inevitable que hace que muchas mujeres se fijen en uno y existan más posibilidades de tener a cuantas uno quiera.Cuando estudiaba arquitectura me pasaba eso.Enamoraba con una cuzqueña,pero sentía la imperiosa necesidad de estar con otras,de no pertenecser auna sola mujer.Y en la universidad abundan las mujeres y la vida se hace más apacible y llena de alborozo.
Compré mis cigarros y contemplaba a las más bellas mujeres.Siempre he sido exigente en ésto,siempre me han gustado las mejores.Creo que eso viene desde mi infancia en que enamoré a mis 5 años con la más bonita del jardín donde estudiaba.A mis 16 años no encontré mujer digna de mí hasta que apareció mi primer enamorada,una bella descendiente de italianos que enloqueció muchas noches mis labios.En ese entonces trabajaba como locutor en una FM de Mollendo y era muy popular.Sigo siendo popular dentro del medio literario,los demás escritores tiene fe en mí,saben que tengo pasión para escribir y que siempre me andan ocurriendo cosas que ha ellos les gustaría vivir.
Caminé volviendo al tema de la narración hasta la calle donde tomo mi transporte público llamdo acá "combi" para que me dejase en el distrito donde vivo,un barrio residencial típico de Arequipa llamado Yanahuara.Siempre ocurre esto,que cuando voy a tomar mi combi ésta aparece al momento,no espero mucho.Y subí entonces.Habían cerca de 7 personas y se sentía calor dentro del vehículo.De pronto ella subió.Era linda,demasiado linda.No llevaba maquillaje ni aros en los dedos.Vestía con una camisa de seda blanca y un pantalón de casimir negro.Juraría que eternizaba en ella la juventud pues aparentaba unos 18 años cuando bien podía tener unos 24.La miré asombrado de tanta belleza,una belleza tan superior a cualquier tipo de belleza extranjera.Ello hizo corroborar mi tesis de que la mujer peruana es más bella que cualquier belleza extranjera.Miraba sus ojos fijamente sin lujuria,en mí sólo había la intención de apreciar su belleza.Su piel rosada y cabello largo negro,Sus dedos largos y sus muslos perfectos,sus senos pequeños...¡Qué mujer!.Y tomando mi combi?.Nunca antes la había visto por mi barrio donde no conosco a mucha gente pero donde me conocen a mí por haberme visto en la televisión o los periódicos.No dejaba de verla.Sus labios rosados eran perfectos.Sentí que la vida valía la pena de tan sólo observarla.Entonces comprendí algo:siempre ocurre esto:tenía otra vez la certeza de que bla volvería a ver,es una señal con la cual he aprendido a vivir.No sé porqué se dan pero siempre me ha ocurrido.Las mujeres que me han inspirado ésta certeza han terminado siendo mis amigas.Bajé de la combi y ella bajó tras de mí.Voltee y me dí cuenta que ella había volteado para verme mientras entraba a una oficina de abogados.Le sonreí y me sonrió.
Ya nos volveremos a encontrar.Uno de estos días....uno de estos días.