Los comentarios de los miembros:

 =  Suficiencia
Javier Raya
[07.Jun.07 17:58]
Hola Rada, compadre yarugua, andas creativo, "che". Este texto tiene un ritmo excelente, tal vez por su filiación musical (¿será que sigues combinando disciplinas?). Un ritmo rápido, propiciado por el verso de corto aliento, que es más imagen a pesar de que existe una línea narrativa que puede ser rastreada. Me parece una interpretación actual de una atmósfera decimonónica, muy lograda, con recursos de gran suficiencia formal. Entiendo por suficiencia formal la coherencia interna del poema tanto con su lenguaje y su línea narrativa, fragmentaria como la realidad, y acaso como lo que se cuenta.
Un abrazo hasta Montevideo.

 =  PARA Javier ¿Poesía y música o viceversa? gracias.
Radamés Buffa Ferrari
[21.Jun.07 16:54]

Amigo Javier, "El Mexica" del cuore:
Me disculpo, desde ya por lo tardío de mi contestación, a tu comentario del "Poema: "La otra cara del amor".
Es un Poema que tiene sus añitos, su historia, su proceso, sus "visiones", que de alguna manera inspiró, generó y descubrió, además de la estupenda música del autor, al menos para mi, otras vetas y vericuetos de la época y del propio músico: Según el Artículo de Clarín.com » Edición Sábado 06.03.2004 » Revista Ñ »
Los demonios de Ken Russell:

"... A los 76 años, el enfant terrible del cine inglés tiene el mismo nivel de energía y entrega que en sus años de apogeo. En provecho de su excentricidad, y de su independencia, Russell llegó a convertir su propia casa en un estudio para seguir con las extravagancias que lo señalaron como uno de los creadores más singulares del cine británico, especialmente tras Mujeres enamoradas (1969), su valentísima y eficaz adaptación de D. H. Lawrence. "Para hacer mis mejores películas de los 60 y 70 tenía que hablar con una o dos personas que llevaban adelante una compañía, y ellos aceptaban o no producirme. Hoy no ves a las personas, sólo te enfrentas con corporaciones. Es más difícil que en el pasado conseguir financiación, el negocio es totalmente diferente. Durante diez años traté de filmar una amalgama de seis de los cuentos de E. A. Poe integrados en una sola historia. Nunca tuve éxito para conseguir financiación y la hice yo mismo en mi jardín con mi familia y mis amigos."

A pesar del prestigio y la notoriedad en más de 45 años de carrera, Russell resiste desde la más radical independencia. Tal vez, las productoras actuales no buscan la opulencia y los excesos de películas como Tommy (1975), con The Who, convertido en musical de culto, o como la aparatosa y ambigua pesadilla de Gothic (1986), aunque recientes y celebradas películas como Moulin Rouge le deban algo a estos desbordes. La actual situación de Russell parece regresarlo a los primeros años de su carrera, cuando estudiaba ballet o trabajaba como fotógrafo pero intentaba vanamente trabajar en la industria del cine, su pasión más precoz. "Al comienzo de la segunda guerra mundial, cuando tenía once o doce años, exhibía películas en el garage de mi padre. Para mi extraño proyector, las únicas películas que conseguí eran del expresionismo alemán. Y era muy irónico, porque estaba exhibiendo esas películas alemanas, como Metropolis y Los Nibelungos, mientras los alemanes nos bombardeaban. Veía a Siegfried contra el fuego del dragón en Los Nibelungos, mientras tanto había otros Siegfried que regaban de fuego nuestro país."

En ese garage donde se mezclaba la ficción y la realidad de la Inglaterra de la década del '40, germinaron las principales obsesiones de Russell. Sin duda, allí se gestó la sutil e inesperada confusión entre ficción y realidad que existe en todas sus películas biográficas de artistas, género predilecto de Russell, desde el Tchaikovsky de La otra cara del amor (1971) hasta el Oscar Wilde de Salome (1988).

Creo, estimo, que esa atmósfera, esa búsqueda del Director, la hice a su vez, salvando las enormes distancias, interna y poéticamente, en forma pulatina, racional y emotivamente. Investigando el núcleo, los sentimientos, los deseos, la culpa, los sufrimientos, la belleza, la tristeza y la alegría del del extaordinario compositor y su música, así como también la sociedad hipócrita y represora, en múltiples sentidos.
Pero...je,je,ja,ja "...el resto, "lo que sobra es literatura". Así fue armándose el poema, las emociones, los acordes, el ballet, el romanticismo, la razón de su "diferencia" y "exclusión" en ese sentido y manifestación.
No hay duda que la música, "la llamada música clásica", es parte y arte de mi formación, adolescencia y madurez". ¡Puahhh! ¡Puagggg! se "usaba" por aquella época (1958-1965, aproximadamente), a principio de los años escolares y liceales, "barnizarse" con un conocimiento general y práctico de música, "quedaba bien" en determinadas clases sociales, bajas medias, medias bajas y medias, hacerlo.
¡Y a mi me tocó estudiar solfeo y piano! durante casi seis años...¡Una tortura!
Depués, luego, tarde...comprendí la posibilidad y desarrollo creativo que hubiera tenido en el área, si hubiera sobrevivido, claro, al solfeo, las corcheas, las negras, y a los ejercicios de piano y a las partituras de los autores clásicos.
¡¡¡Puahhh!!! ¡¡¡Puaggg!!! esto se "fue de madre" como, a veces, decimos por acá.
¿Habrá algo de ello en el Poema? Sinceramente, no lo sé. Sí el desarrollo y correccción del lenguaje, de la palabra, del ritmo, del sonido de los sonidos, de la música y las imágenes del mundo y el hombre.

Muchas gracias Javier.

Te aprecia y estima "El Yorugua" Rada.

P.D. Estoy atravesando etapas complejas personales. Ya apareceré cuando aclare.

Radamés.




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