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Picasso y Neruda : Hechos y Conjeturas en torno a una amistad
artículo [ Cultura ]
por Enrique Robertson

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por [NMP ]

2005-04-28  |     | 



Hace tres décadas -el 8 de abril de 1973- Pablo Neruda se enteró en Isla Negra de la noticia que los teletipos de las agencias galas emitieron ese día a todo el mundo: su amigo el gran pintor español Pablo Ruiz Picasso había muerto en Nôtre-Dame-de-Vie, Mougins, Francia. Consternado por este hecho, Neruda, a pesar de la gravedad del mal que a él mismo le aquejaba, expresó el deseo de querer dar la que sería la última entrevista que concedió.
Lo último, pues, que de labios del poeta publicó por extenso la prensa chilena, fue el recordatorio que hizo de Pablo Picasso en ocasión del deceso del universal malagueño. Dicha entrevista apareció en el diario El Siglo, en su edición dominical del 15 de abril de 1973, pocos meses antes de la muerte del propio Neruda, acaecida en Santiago de Chile el día 23 de septiembre de 1973, en trágicas circunstancias que al poeta, en los últimos doce días de su vida, le recordarían dolorosamente lo que presenciara cuarenta años antes: los desastresde la guerra civil española. De esa guerra, con España en el Corazón, Neruda rindió estremecedor testimonio. Picasso hizo lo propio con el Guernica. Ambas obras se han comparado en más de una oportunidad. En no pocos aspectos, también sus autores son comparables y hermanables.
En la mencionada entrevista -reeditada en la revista Cuadernos de la Fundación Pablo Neruda (nota1) - dijo el poeta, sin precisar fechas, que había conocido a Pablo Picasso hacía largo tiempo. Picasso, por su parte, en un discurso pronunciado en Breslau -Polonia, 1948- cuyo tema se centraba en el entonces perseguido poeta, discurso al volveremos más adelante, dió a entender lo mismo. Se conocían pues, desde hacía largo tiempo.
¿Qué significa esto, con algo más de exactitud?. En aquellos años significaba desde la guerra, o desde antes de la guerra. De los tiempos de antes de la guerra se puede decir que aunque Neruda hubiese oído hablar muchas veces del famoso Picasso, y que por eso -de oídas- no fuese para él un desconocido, no hay datos que permitan sostener que le haya conocido personalmente en aquel entonces; por ejemplo en Barcelona durante la última visita que el pintor hizo a la ciudad condal en 1934, cuando Neftalí Reyes -Pablo Neruda- llegaba a ella para asumir allí su cargo consular. Descartada la posibilidad de que se conociesen en esa oportunidad, lo probable es que, ya en plena guerra civil y solidariamente hermanados en el bando leal a la República Española, trabasen personal relación en Francia dos larguísimos años más tarde. Neruda había llegado a Barcelona en mayo de 1934, procedente de Buenos Aires donde había conocido a Federico García Lorca.En Barcelona recibe la dolorosa noticia de la muerte en Santiago, de un entrañable amigo suyo: el poeta Alberto Rojas Giménez ( nota 2). De las venturas y desventuras de hispanoparlantes avecindados en el París de los años 20 que oyó contar a sus amigos chilenos: Ortiz de Zárate, Lalo Pachin, Isaías Cabezón, Jean Emar, etc. puede que haya sido Rojas Giménez quién más le impresionó al hablarle de Picasso: fue a él a quién se le ocurrió la afortunada idea de decir que Picasso descubría e incorporaba continentes imprevistos al mundo plástico (nota 3).
Además, por el propio Neruda se sabe que no le había sido posible evitar que a sus oídos llegase lo mucho que de Picasso decía otro gran poeta de Chile: Vicente Huidobro. Y, precisamente en relación a Huidobro, le llegaba, también de Chile, otra muy irritante noticia: la que le hacía saber que estaba siendo blanco de unos ataques de inusitada virulencia. Cumple Neruda treinta años de edad y, diciendo Aquí estoy, contraataca con no menos saña con un poema en el que menciona a Picasso por primera vez, sin que éste nada tuviese que ver con los motivos de su legítima ira (nota 5). En febrero de 1935 Neruda se traslada a Madrid donde García Lorca ya lo había presentado, siendo recibido con gran simpatía y homenajeado por su libro Residencia en la Tierra. También en 1935, un poco antes que él, Delia del Carril siguiendo el consejo de María Teresa León y Rafael Alberti, había llegado de Francia a fijar su residencia en Madrid. Delia había vivido largo tiempo en París y conocido a Picasso y a muchos de sus amigos españoles, hispanoamericanos y franceses. Ese mismo año, uno de estos últimos -Robert Desnos- participa con otros poetas galos en un encuentro político-cultural franco-español realizado en Madrid. Por un especial motivo, Desnos prolonga su estadía hasta noviembre de 1935. Antes de regresar a París quería asistir, en octubre, a la aparición del primer número de la revista Caballo Verde para la Poesía editada por Manolo Altolaguirre y dirigida por Neruda. Desnos celebró con ellos el lanzamiento de dicha revista, un poema suyo había sido elegido para ese número inaugural. Este hecho importa porque lo más probable es que Neruda contactase personalmente con Picasso por primera vez en París, en un homenaje póstumo a García Lorca organizado por Robert Desnos y Jean Cassou al que nos referiremos más adelante.
A partir del alzamiento militar de julio de 1936, una sangrienta avalancha de hechos luctuosos había comenzado a arrasar con imparable e irracional violencia a toda España. En el triste verano de 1936 fueron asesinados muchos miles de civiles indefensos. Federico García Lorca fue uno de ellos. Este alevoso crimen y otros no menos deleznables que Neruda vió con sus propios ojos en Madrid, movieron al hasta entonces más bien apolítico poeta chileno a comprometerse definitivamente con la causa republicana española. Se integra en la Alianza de Intelectuales Antifascistas y colabora en el semanario que Alberti llamó El Mono Azul;semanario que contaba con el apoyo de Picasso, a quién, lo mismo que a Neruda, la guerra civil hizo cambiar políticamente de Saulo a Paulo.
Desposeído de su cargo consular, vía Valencia -donde se queda Delia- y Barcelona donde recoge a Maruca - Neruda llega a Francia -a Marsella- y por fin, en diciembre de 1936, a París. Con la revista Los Poetas del Mundo Apoyan al Pueblo Español y con el Grupo Hispano-Americano de Ayuda a España, que funda con César Vallejo, continúa participando aquí en actividades solidarias.
En enero de 1937, Delia del Carril, que tres semanas antes había llegado a reunirse con él, escribe en una carta (nota 6): Pablo dará el veinte una conferencia sobre Federico García Lorca. Así fue; a partir del 20 de enero de 1937 y con gran asistencia de público, en la Maison de la Culture de París tienen lugar unas jornadas de solidaridad con la República Española, en cuyo marco se rinde un homenaje al poeta asesinado. El día 21, Neruda dió su famosa conferencia en memoria de Federico; que se inició, según dejó constancia la revista Commune, con unas palabras de presentación de Robert Desnos.
No podía sospechar Neruda que el destino de su amigo el poeta Robert Desnos, que ese día de enero de 1937 le presentó al público parisino, sería similar al de García Lorca que le había presentado en Madrid en diciembre de 1934. En La Barcarola les recordaría después, junto a Miguel Hernández, llamándoles compañeros sin tregua en el sol y en la muerte (nota 7).
Margarita Aguirre apunta que en esta conferencia Neruda dió cuenta del cambio que se había producido en su vida, al terminar diciendo: muchos esperaban de mí tranquilas palabras poéticas distanciadas de la tierra y de la guerra... No soy político ni he tomado nunca parte en la contienda política, y mis palabras, que muchos habrían deseado neutrales, han estado teñidas de pasión. Comprendedme y comprended que nosotros, los poetas de América Española y los poetas de España, no olvidaremos ni perdonaremos nunca el asesinato de quien consideramos el más grande entre nosotros, el ángel de este momento de nuestra lengua...No podremos nunca olvidar este crimen, ni perdonarlo. No lo olvidaremos ni lo perdonaremos nunca. Nunca. El texto completo de este bellísimo discurso se publicó en Valencia poco después, en un apartado especial de la revista mensual Hora de España (nota 8).

El día del homenaje a García Lorca, debió ser el día en que Neruda conoció a Picasso. Se puede dar por seguro de que así fue; porque el pintor, nombrado poco antes Director del Museo del Prado y comisionado además por el gobierno de la República Española para pintar un mural que resultaría ser el Guernica, realizó para esas jornadas el primero de los dos grabados que titularía Sueño y Mentira de Franco. Por ello pocas dudas pueden caber de que Pablo Picasso -y muchos amigos suyos, que también lo eran de Delia, como Aragón, Eluard, etc.- estaba presente ese día en la Maison de la Culture de París. Allí pués, debió haber sido donde el poeta chileno trabó personal relación de amistad con el famoso pintor español. Es también muy probable que por mediación de Bergamín -malagueño como él- Picasso ya conociese Residencia en la Tierra, editado por éste en Madrid (Cruz y Raya, 1935) y que de ese libro el poema "Walking Around" le hubiese impresionado muy especialmente. Por esas fechas -en una etapa que él mismo designó como una de las peores de su vida- Picasso había sufrido los avatares de una severa crisis existencial que le hizo dejar de pintar; todo hace pensar que también hubo días en que le sucedía estar cansado de ser hombre, como reza el primer verso de ese poema.

Entonces, Pablo Picasso escribió. De sus escritos destacan los que, quizá muy irreverentemente, el autor de estas líneas ve como una paráfrasis: por ejemplo el texto con que Picasso acompañó al grabado "Sueño y mentira de Franco". Este y otros textos suyos de ese tiempo, hacen recordar los fragmentos finales de "Walking Around". Quizá no sea una total insanía de juicio aventurar que Picasso, condimentándolos con algo de la mordaz acritud de "Aquí estoy", para escribirlos encontró surreal inspiración en ese poema de Neruda.

Si así fue, no hizo más que obrar en consecuencia: El poeta chileno autor de esos versos había logrado interesarle. Desnos, Bergamín y Alberti le hablaron de él. Por ellos ha de haber sabido que Huidobro, a quién conocía muy bién, acusaba a Neruda de plagiario (nota 9) por haber escrito una vez a la Tagore. Picasso, autor de numerosas paráfrasis, no ha de haber visto nada reprobable en este hecho. En su apreciación de Neruda lo que debió importarle ha de haber sido la lectura de ese poema que le tocó -taurinamente: le rejoneó- profundamente. Por eso, al asir el rejón de escribir y hacer diestramente la faena, Picasso escribió a la Neruda ; a la manera del Walking Around descubierto en el ejemplar de Residencia En la Tierra que le hizo llegar Bergamín.


Neruda (Walking Around) "...pájaros de color azufre y horribles intestinos colgando de las puertas de las casas que odio, hay dentaduras olvidadas en una cafetera, hay espejos que debieran haber llorado de verguenza y espanto, hay paraguas en todas partes, y venenos y ombligos..." (OC I, p.309).
Picasso (Sueño y Mentira de Franco) "fandango de lechuzas, escabeche de espaldas de pulpos de mal agüero, estropajo de pelos de coronillas de pie en medio de la sartén en pelotas puesto sobre el cucurucho......-farol de piojos donde está el perro nido de ratas y escondrijo del palacio de trapos viejos-"


Esta conjetura se basa en el constatable hecho de que Picasso figura en la lista de suscriptores de Residencia en la Tierra (Cruz del Sur, Santiago de Chile, 1947). Lo notable de esta suscripción es que podría demostrar que Picasso, después de haber conocido la edición madrileña de Residencia en la Tierra habría deseado recibir desde Chile la versión definitiva del libro. Y, como suscriptor, no hay duda que ha de haberla recibido.
Aceptado lo anterior, puede irse más lejos: si el texto de Picasso remite al vate chileno, el críptico mensaje gráfico de Sueño y Mentira de Franco-indescifrable en muchos aspectos- quizá remita, con rejón de grabador, a Federico García Lorca. Y a Jean Cassou, amigo y principal organizador del homenaje en memoria del poeta granadino. La base de esta conjetura, más osada si cabe que la anterior, es saber que García Lorca dedicó a su amigo Jean Cassou el romance que tituló "Burla de Don Pedro a Caballo". En efecto, algunas escenas de "Songe et Mensonge de Franco", parecen ilustrar este romance.

[...] La amada de Neruda ¿compañera distinta de la amada de Tagore? ¡Pobre chica! Que desilusión para ella cuando sepa que el fuego poético con que se le quiso encender el alma era robado en una hoguera del Asia [...]

Quede lo anterior, expresado con todas las debidas cautelas, licencias y reservas.

Cambiaremos de tercio para evitar más honduras. La fecha 21 de enero de 1937 sería, pues, la imprecisa y remota fecha en la que el poeta, en la entrevista de abril de 1973, dijo haber conocido a Picasso. Y, fieles a lo conjeturado, creemos que el día en que se conocieron el pintor ya conocía la edición madrileña de Residencia en la Tierra con su poema "Walking Around", y los envenenados dardos de "Aquí Estoy" iracundo poema en el que Neruda le nombraba incidentalmente por primera vez.
En el mordaz conflicto oral y escrito de Huidobro y de Rohka contra Neruda, conocido hoy como "La Guerrilla Literaria" (nota 10), Picasso entró en la poesía nerudiana aludido en relación a un retrato pasado por las verijas de Vincent Huidobro, y a un pedo del poeta francés nacido en Chile como le llamó Rojas Gimenez. Un debut que probablemente no halagó a Picasso. O quizá sí. En la forma Aquí estoy debió gustarle y merecer de él un comentario mucho más humorístico que agrio; demás sabía Picasso lo que era ser denigrado por sus connacionales; lo que le sucedía a Neruda en Chile, le sucedía o había sucedido también a él en España; y quedado enciclopédicamente documentado en el Espasa. Manuel Abril, Premio Nacional de Literatura de 1934, en su libro De la Naturaleza al Espíritu acerca del arte español, había tenido que defenderlo de sus más contumaces detractores.
Entretanto en España, la guerra civil seguía con aún más dantescos capítulos: tres meses después del mencionado homenaje a García Lorca, el 26 de Abril de 1937, la villa vasca de Guernica fue reducida a escombros y cenizas por la aviación de Hitler, führer de la Alemania nazi y poderoso aliado de los sublevados. Se asegura que José Bergamín, apreciando la tremenda dimensión de este inaudito crimen, fue quién acudió el primero, con el diario L`Humanité en la mano, a dar a conocer la estremecedora noticia a Pablo Picasso.
La realización del gran mural para el Pabellón Español de la Exposición Mundial en París que Picasso bautizó Guernica, y el trabajo de Neruda en la comisión organizadora del II Congreso Internacional de Escritores que se realizaría en Valencia -dos enormes tareas que culminaron en Julio de 1937 y denunciaron al mundo ese crimen horrendo - ocuparon al pintor y al poeta a tiempo completo.
El único chileno que pudo ver el proceso de creación del cuadro más famoso del siglo XX no fue Pablo Neruda como se ha dicho alguna vez; fue el pintor Roberto Sebastián Matta. El joven Matta, en cumplimiento de sus funciones de aprendiz de arquitecto, y chiquillo de los mandados, subió muchas veces la interminable escalera de la casona de la calle de Grands-Augustins, alto lugar donde estaba el atelier de Picasso. Allí, por encargo de sus jefes, le preguntó una y otra vez al pintor si ya era posible trasladar el cuadro al Pabellón Español donde se le esperaba con urgente impaciencia. Esta tarea de esperar a que el genio diese la pincelada final a su obra, permitió a Matta ver al Guernica en algunos de sus diversos estados. A su modo, Matta lo recordó así (fig. derecha). Terminada y expuesta la pintura, Neruda no agregó nada a lo dicho por su amigo el poeta Paul Eluard en La Victoria de Guernica; quizá porque todo allí había quedado dicho:
"No habíais pensado en la muerte/ El miedo y el coraje de vivir y morir/ La muerte tan difícil y tan fácil/ Hoy es el fin de nuestro mundo/ cada uno muestra su sangre/ Definitivamente/ Los niños adquieren un aire ausente/ La tierra es fría como un muerto". Años después, Neruda diría: una de las obras más importantes de la época contemporánea es el Guernica de Picasso, un cuadro estremecedor por su contenido antiguerrero. Ahí se vé el horror del ser humano y el horror animal ante la destrucción y el asesinato que significa la guerra. Un comentario relativamente magro, si se esperaba algo más. Por cierto, otro chileno, el poeta Mario Ferrero, premio Nacional de Literatura, dijo más del Guernica en un poema del mismo nombre; pero muchos años más tarde (1978).

El premio Nacional de Literatura de Chile fue adjudicado el año 1945 a Neruda. En su discurso de agradecimiento dejó oir una voz que le permitió evocar a Picasso y a Paul Eluard. Desde esas fechas, evocar a Picasso sería algo frecuente en sus alocuciones. También le saludaría en ocasión de los muchos años que iba cumpliendo el siempre joven y renovado pintor. A mediados del siglo Neruda llamaría a Pablo Picasso: Padre de la Paloma; comparándolo además -en una fructuosa geografía- con una isla, un puerto o un continente; comparaciones que reiteró en su última entrevista al decir que la muerte de Picasso equivalía a la desaparición de un continente, de un país con sus ríos, sus casas y su gente. Evocaba así también a su querido amigo Rojas Giménez, quién en 1927 formuló la metáfora Picasso-Continente.
Picasso prefería definirse a sí mismo como un río; en fluvial hermandad con Neruda, que, según propia declaración, también era un río.

El discurso de Wroclaw (Breslau)

La primera declaración pública de amistad entre Picasso y Neruda, la expresó el pintor acentuando reiteradamente el hecho como para evitar que quedasen dudas al respecto.

El poeta francés Paul Eluard acompañó a Picasso en su único viaje a Polonia en el año 1948.

En efecto, la primera documentación que existe, de palabra y por escrito, de esa amistad, es el breve discurso dedicado a Neruda que Picasso leyó en Wroclaw, Polonia, el 25 de agosto de 1948 en el Congreso de Intelectuales por la Paz. Paul Eluard fue quién realizó la difícil hazaña de convencer al pintor a viajar hasta allí. Se dice que ese discurso fue el único que Picasso pronunció en su vida. Comenzó diciendo a los allí reunidos, que conocía y era amigo de Neruda: "Tengo un amigo que debería estar aquí, un amigo que es uno de los mejores hombres que haya conocido. No es solamente el más grande poeta de su país, Chile, sino también el más grande poeta de la lengua española y uno de los más grandes poetas del mundo: es Pablo Neruda.
Pablo Neruda, mi amigo, es no sólo un gran poeta, sino también un hombre que, como todos aquí, se ha dedicado a presentar el bien bajo la forma de lo bello. Ha tomado siempre el partido de los hombres desgraciados, de los que piden justicia y combaten por ella. Mi amigo Neruda está actualmente acorralado como un perro y nadie sabe ni siquiera dónde se encuentra.
Nuestro Congreso, a mi modo de ver, no debe aceptar una injusticia tal, que se vuelva en contra de nosotros todos.
Si Pablo Neruda no recobrara su libertad, nuestro Congreso no sería un Congreso de hombres dignos de ser libres. Yo os propongo que se vote la resolución siguiente, a la cual daremos la mayor difusión:
El Congreso Mundial de Intelectuales, reunido en Wroclaw, envía al gran poeta Pablo Neruda la expresión de su apoyo, de su admiración, de su afecto, de su solidaridad.
Los 500 miembros del Congreso, que representan a 46 naciones,denuncian a todos los pueblos la abyección de los métodos policiales de los gobiernos fascistas que se atreven a atacar a uno de los más eminentes representantes de la cultura.
Exigen imperiosamente para Pablo Neruda el derecho a expresarse libremente y vivir libremente donde le plazca."
El vate chileno, que con su poesía quizá fuese quién hizo de Picasso un escritor, recordó en sus memorias este singular capítulo del pintor como orador: "Entonces surgió Picasso, tan grande de genio como de bondad. Estaba feliz como un niño porque había pronunciado el primer discurso de su vida. El discurso había versado sobre mi poesía, sobre mi persecución, sobre mi ausencia".

Los libros

No es raro encontrar poesía nerudiana ilustrada con obra gráfica picassiana. Pero aquella creada expresamente por el pintor para alguna obra del poeta, se reduce a la que ilustra uno solo de sus libros. Neruda recuerda en su última entrevista, la edición ilustrada del poema Toros que data de 1960. A 15 dibujos a tinta -para los 520 ejemplares, 50 de lujo, de que constó la edición- se suma una litografía fechada el 14.12.60, de la que se tiraron 50 ejemplares para la edición especial y se reimprimió en el cartel de la Galerie Bellechasse que, en abril de 1961 expuso en París estas ilustraciones; sin molestarse en nombrar a Neruda.
Neruda recuerda también que se proyectaba editar El Gran Océano - libro XIV de Canto General- ilustrado por Picasso. Lamentablemente dicho proyecto y otro no llegaron nunca a realizarse.
En cuanto a los libros de Neruda que Picasso hubiese conocido, no sabemos más que lo dicho o conjeturado anteriormente. Es, sin embargo, muy probable que no conociese sólo aisladamente los dos poemas dedicados a él contenidos en Las Uvas y el Viento, sino que recibiese un ejemplar de dicho libro (nota 11).

La Pintura

Neruda centró su admiración por la obra picassiana en una magnífica tela que conoció durante los días en que, ilegal e indocumentado extranjero en Francia, vivió escondido en París. Ello sucedió en el apartamento de Mme. Francoise Giroux, propietaria de un cuadro de Picasso.

La fascinación que esa obra ejerció sobre el poeta, germinada durante muchas horas de soledad en que la observó largamente, quedó consignada en sus memorias escritas dos décadas después. En ellas describe al cuadro con algunas variaciones, rebautizándolo con poética licencia. Agrega además una anécdota, y dá cuenta de un deseo que, para lamento del Museo de Bellas Artes de Chile, nunca se llegó a cumplir. "En esa casa -dice- había un Picasso de grandes dimensiones, uno de los más hermosos que he visto. Representaba dos cortinajes de felpa roja que caían entrecerrándose como una ventana sobre una mesa. La mesa aparecía cruzada de lado a lado por un largo pan de Francia. El cuadro me pareció reverencial. El pan enorme sobre la mesa era como la imágen central de un antiguo ícono, o como el San Mauricio de El Greco que está en El Escorial. Yo le puse un título personal al cuadro: La Ascensión del Santo Pan. En uno de esos días vino el propio Picasso a visitarme en mi escondite. Lo llevé ante su cuadro, pintado hacía tantos años. Lo había olvidado por completo. Se dedicó a examinarlo con mucha seriedad, sumergido en esa atención extraordinaria y algo melancólica que a veces se le advertía. Estuvo más de diez minutos en silencio, acercándose y alejándose de su obra olvidada.
... -Cada vez me gusta más -le dije cuando concluyó su meditación-. Voy a proponerle al museo de mi país que lo compre. La señora Giroux está dispuesta a vendérnoslo. Picasso volvió de nuevo la cabeza hacia el cuadro, clavó la mirada en el pan magnífico y respondió por único comentario: No está mal".

Banderas de post-guerra.

En las biografías de ambos personajes (notas:A) es interesante leer -en las de Neruda- pausada y cuidadosamente los capítulos que tratan del tiempo en que el poeta vivió en Barcelona, Madrid y París. Esto permite conocer detalles relacionados con su vida privada -que algún paralelismo tiene con la de Picasso- así como la historia de España en el Corazón y la del Winnipeg, barco que en 1939 llevó a Chile a más de mil republicanos exiliados. En las biografías del pintor, hacer lo mismo que con las del poeta permite enterarse de su no poco atormentada vida privada y el reflejo de ésta en su obra; también en el Guernica con su trascendencia política y su propia politización. Esto deja vislumbrar mejor la relación de amistad entre ambos que Picasso recalcó. Luego conviene continuar dicha lectura al alimón, en una década en la que no se vieron, hasta la fecha en que se reencuentran el año 1949 en Paris Picasso asistió en agosto de 1948 -podría decirse que como tácito sucesor de Romain Rolland (nota 12)- al Congreso Mundial de Intelectuales por la Paz en Breslau. Luego, en abril de 1949, al Primer Congreso Mundial de Partidarios de la Paz, en la Sala Pleyel de París -al que el último día, para sorpresa de Picasso y de todos, también asistió Neruda-. En septiembre del mismo año presidió el Congreso de las Juventudes del Movimiento por la Paz en Nizza, que inauguró con un discurso. En octubre de 1950, asistió a la Segunda Conferencia de la Paz, en Inglaterra . Pero un mes más tarde ya no habrá quién pueda motivarle a volver a Polonia -fracasan Eluard, Aragon y Ehrenburg en la tarea de tratar de convencerlo- y no viaja al Segundo Congreso Mundial de Partidarios de la Paz, para recibir en Varsovia el Premio Lenin de la Paz que se le otorgaba junto a Pablo Neruda; que sí asistió y, el 22 de noviembre de 1950, en la parte de su discurso en que se refirió al cambio experimentado en su poesía y en la pintura del ausente, dijo: "Cambió también mi poesía. Llegaron las guerras, las mismas guerras de antaño, pero llegaron con nuevas crueldades, más arrasadoras. De estos dolores que a mí me salpicaron y me atormentaron en España vi nacer el Guernica de Picasso, cuadro que a la misma altura estética de la Gioconda está también en el otro polo de la condición humana: uno representa la contemplación serena de la vida y de la belleza y, el otro, la destrucción de la estabilidad y de la razón, el pánico del hombre por el hombre. Así, pues, también cambió la pintura".

Dos y medio meses más tarde Picasso y Neruda son homenajeados en Paris en el Palais de la Mutualité. El motivo de la ceremonia es hacer entrega a Pablo Picasso del premio que debía haber recibido en Varsovia. El pintor, de muy buen humor y haciendo bromas, llegó al atestado local preguntando al poeta quién tenía el cheque con los duros que ambos compartirían. Se refería a la nada despreciable cantidad de dinero que acompañaría al premio junto a diploma y medalla.
Llegado el momento, cae de las manos del representante del Consejo Mundial de la Paz un rectángulo de papel que revolotea en el aire mientras Picasso exclama:
"Merde! Le chèque!".

Más bromas, risas y anécdotas.

Del encuentro de Picasso y Neruda en la sesión final del Congreso en la Sala Pleyel en Paris, se cuenta anecdóticamente que Neruda apareció allí por sorpresa, llevando un ejemplar de la legendaria edición clandestina de su Canto General. El libro -que en Chile se distribuyó disfrazado bajo el título de Risas y Lágrimas de un imaginario autor llamado Benigno Espinoza- habría sido el mismo ejemplar que Neruda, al cruzar la cordillera andina desde Chile a Argentina, portaba en las alforjas de su caballo. De manera tan espectacular como se había escenificado su llegada, el poeta habría procedido, ante los numerosos asistentes al acto, a regalar el grueso tomo a Picasso; para luego, en privado, pedirle que se lo devolviera porque era el único que tenía. De ser cierta esta anécdota, hay algo que prueba que el pintor no se molestó por haber sido desposeído del libro: después, entre más risas que lágrimas, alojó a su autor, familiar suyo, en su casa de Vallauris. Pablo Ruiz hospedó a un poeta apellidado Ruiz como él. Era Pablo Neruda que al salir clandestinamente de Chile burlando a sus perseguidores, cruzó la Cordillera de los Andes disfrazado de barbudo y emponchado jinete cuyo nombre, según constaba en su documentación personal, era el de Antonio Ruiz.



Antonio Ruiz L... carnet de Identidad con apellido picassiano... pero con foto y firma sospechosamente nerudianas

De esos días pasados en Vallauris**, pueblo que menciona en uno de los dos poemas a Picasso contenidos en Las Uvas y el Viento, Neruda recordó en Confieso que he Vivido:
"...con ternura fraternal, el genial minotauro de la pintura moderna se preocupaba de mi situación en sus detalles más ínfimos. Hablaba con las autoridades; telefoneaba a medio mundo. No sé cuántos cuadros portentosos dejó de pintar por culpa mía. Yo sentía en el alma hacerle perder su tiempo sagrado."

Relacionar la anécdota del libro regalado y reclamado en devolución, con el minotauro de la pintura del que habla Neruda en esta cita, trae a la memoria otra que dice que Picasso le regaló al poeta un pequeño minotauro de oro, de cuyo paradero después nunca más se supo. Sostener que la explicación de tal misterio es que en bromista represalia por el dá y quita del poeta, el pintor también le pidiese la devolución del regalo sería absurdo y cronológicamente imposible. Pero, de no serlo, una broma de este tipo no habría sido nada raro ni impensable; es sabido que ambos se contaron chistes e hicieron bromas no siempre livianas. Picasso, por ejemplo, se rió mucho de Neruda al sorprenderle una mañana en paños menores. Con la frase: he visto al poeta en calzoncillos!, recibió muerto de risa a todos los conocidos que llegaron ese día a su casa en Vallauris. También se aliaron para hacer bromas a terceros. En la varias veces citada última entrevista, el poeta recordó que en un acto público en que participaron juntos -quizá el realizado en el Palais de la Mutualitè- a sugerencia del pintor y por reirse de los cazadores de autógrafos, él firmó Picasso, y Picasso firmó Neruda. Cuenta también el poeta, que Picasso se desternillaba de la risa cuando le leía versos de un librito de poesía erótica española que había encontrado en un mercado de viejo. Pero, (por José Miguel Varas, nota 13) se sabe que el éxito jocoso más rotundo lo obtenía el poeta cuando le contaba a Picasso el nada erótico chiste de Damocles:
Una señora consulta al médico: -Doctor, no sé lo que me pasa, estoy tan nerviosa. Siento como si todo el tiempo colgara sobre mi cabeza la espada de Colón...-
El médico: -La espada de Colón? Mmm...No será el huevo de Damocles?.
Dice J.M.Varas que Picasso literalmente se revolcaba de risa al oirlo.
Neruda tampoco lo hacía mal a la hora de reirse.En la conocida fotografía en que recibe de Picasso un beso en la mejilla, puede verse al poeta riendo como reía. Conmovía su rostro entero: sus ojos desaparecían, sus carrillos se elevaban, dos arrugas paralelas se le marcaban a cada lado de la nariz. y una contagiosa risa de niño le brotaba de lo más profundo.

Las fotografías

La simpática y muy oportuna instantánea del beso en la mejilla que ilustra la contraportada de Cuadernos (ver foto arriba), fue tomada en París y no en Varsovia como se dice a veces erróneamente. Dicha foto y otra, que muestra una escena con varias personas en una plazoleta de Cannes , han sido publicadas suponiéndose que eran las únicas que les mostraban juntos. En ésta el poeta no ríe. Muy por el contrario, desde el márgen derecho de la foto observa de perfil a los presentes con cara seria, sombría y más bien tristona. No es extraño esto: el cónsul uruguayo en Cannes le había estropeado el día concienzudamente (nota 14). Picasso, en la misma foto, difícil de apreciar por lo distante y por tener la cara sombreada por la toma a contraluz, tampoco parece muy alegre. Quedémonos, pues, con la instantánea del beso en la mejilla. Hay otras dos versiones de esta; mejor dicho hay otras dos fotografías realizadas pocos minutos antes o después de la del beso en la mejilla. No son desconocidas; una es la que encabeza este escrito y la otra la publicó su autor en un opúsculo que tituló Picasso, arte y libertad (nota 15). Probablemente esta publicación no fue muy difundida; muchos no la conocen y nunca han visto la fotografía en la que, ante numerosas banderas, un muy ceremonioso Neruda parece estar diciendo unas palabras de agradecimiento o elogio a un Picasso que lo mira con divertida curiosidad. Por lo que el fotógrafo dice de ella: que cree que es la única que muestra a Picasso y Neruda juntos en el Congreso Mundial de Partidarios de la Paz de París, pudiera creerse probado que no fue él quien hizo la del beso en la mejilla.


Estas dos fotografías que -como indiscutiblemente lo demuestran el ropaje y los anteojos del retratado- muestran al conferenciante Pablo Picasso en dos diferentes ocasiones, son -por esa razón- de gran importancia aclaratoria. La de la izquierda la hizo un fotógrafo chileno y la de la derecha un fotógrafo polaco. Ambos aseguran haber documentado fotográficamente el histórico momento en el que en Breslau (Wroclaw), el pintor Pablo Picasso lee el que, según se dice, fue el único discurso que pronunció en su vida (discurso en el que denunció ante delegados de todo el mundo, la persecución política de la que era objeto en su propio país su amigo el poeta chileno Pablo Neruda). La intervención de Picasso en el Congreso de Intelectuales por la Paz que se llevó a efecto en Polonia en el verano de 1948 (al que asistió en compañía de su amigo el poeta Paul Eluard, que también fue un gran amigo de Neruda) está documentada en ese país con la fotografía de la derecha: ella es pues, la que registra el momento en el que Picasso habla de Neruda en Breslau. La otra demuestra que Picasso leyó discursos ante poderosos micrófonos, en más de una oportunidad. Como es fácilmente demostrable, esta fotografía fue tomada en París Allí pués, pronunció Picasso un segundo discurso. Además se sabe que el famoso pintor inauguró con un -tercer- discurso el Encuentro de la Juventud patrocinado por los Partidarios de la Paz (en Niza, en 1950).

Pero cabe dudar de ello porque él mismo fotógrafo olvidó la otra que hizo en la misma ocasión y que presentamos al inicio de esta publicación. De lo que no cabe dudar, es que estas tres fotos fueron hechas en la misma ceremonia y lugar. Lo prueba la vestimenta de los retratados: corbata incluída, es idéntica en las tres instantáneas.
Hay otras fotos de Picasso en el mencionado opúsculo. En ellas el pintor lee ante unos micrófonos -provisto de quevedianos anteojos, - un texto que, según el fotógrafo, sería el famoso discurso de Wroclaw, en 1948. Esto significaría que Picasso no se cambió de ropa desde entonces!. Porque no se puede negar que -un año después, según las fechas atribuídas- todavía lleva la misma indumentaria. Y, como se puede apreciar, al menos la chaqueta es la misma en la foto del beso en la mejilla (¡en la que todavía tiene en sus manos el discurso leído años antes!).
Salvo mejor opinión, lo cierto ha de ser que se trata de fotografías tomadas en el parisino Palais de la Mutualitè. Otras fotos, procedentes de Polonia y publicadas en el libro Picasso w Polsce, ayudan a aclarar, también fijando la atención lentes y ropajes, la cadena de errores; y permiten también colegir que Picasso pronunció discursos en más de una oportunidad ( Es de notar que, en Confieso que he vivido, Neruda habla de el primer, pero no del único discurso de Picasso)

Un retrato de Pablo Neruda, por Pablo Picasso

Para finalizar, algo que queremos denominar El Caso del Retrato Desconocido .
En el varias veces citado número de Cuadernos, hay también un artículo titulado Pintura y Poesía (Neruda y los Pintores) con unos cuantos retratos del poeta que, como es natural, inducen a preguntarse: ¿cuál de ellos es el pintado por Picasso?. La respuesta no es tan natural: ninguno de ellos. No es natural, ni mucho menos, que el pintor Picasso, que retrató a todos sus amigos poetas, quizá a unos mejor que a otros, pero a todos, no hubiese hecho ni siquiera una sola caricatura, como las que hizo de Alberti y otros, de su amigo el poeta Pablo Neruda. Picasso pintó al chileno Huidobro, es un retrato que sabemos pasado por pudendas regiones y que apareció en un sello de correos en Chile. Y, aunque no fue poetisa, pintó decenas de veces a doña Eugenia Errázuriz , dama chilena a quien Neruda también nombra en su última entrevista. Neruda habló de su amigo Picasso, en prosa y verso. Debería pués, haber una retribución de Picasso a su amigo Neruda, a pluma y pincel. Mientras germinaba esta idea, se cumplieron ciento veinte años del nacimiento de Picasso. Esto motivó recordatorios en diversos medios. En uno de ellos, en relación a los dibujos que fechaba cada día, se dijo que -según propia declaración del pintor- equivalían a la escritura de su diario de vida. Se recordó también una frase suya: Yo no lo digo todo, pero todo lo pinto. Esta frase y lo anterior, iluminan como la luz del candil de la dama del Guernica.
Neruda lo versificó todo.La lectura del diario picassiano confirma su declaración: Picasso no lo decía todo, pero todo lo pintó.
Su diario contiene, como la poesía nerudiana, muchas autoreferencias de enorme interés; el nuestro era buscar la página que confirmara la sospecha de que, al pintar su diario de vida, algún día tendría que haber pintado un retrato de su amigo Neruda. Picasso retrató a Vallejo; y también a Huidobro. Más motivos debió haber tenido para retratar a Neruda; aunque éste, quizá por lo que una vez dijo del retrato de Huidobro, nunca quisiese a posar para ser retratado por él. De haber tal retrato, conjeturamos, debió haber sido hecho rescatándolo de la memoria y por un especial motivo: quizá uno relacionado con su ausencia cuando se requería su presencia. Por eso, encontrado e identificado el retrato buscado, antes de mostrarlo hablaremos de la...

Presencia y Ausencia del principal invitado.

No es preciso historiar la búsqueda en todo detalle; lo que importa es dejar dicho que el hallazgo del retrato de Neruda en el diario de vida picassiano, coincide con un momento de la biografía nerudiana en la que el poeta estaba en Chile y -veinte años después de su Aquí estoy- se aprestaba a celebrar allí el cumplimiento de sus cincuenta años de edad. Este hecho hace posible que todo encaje en el tiempo y el espacio: Picasso retrató a Neruda el día en que recibió desde Chile una invitación. Y probablemente también dos poemas: Picasso y Llegada a Puerto Picasso, que serían incluídos en el libro Las Uvas y el Viento que estaba pronto a editarse y haría su aparición en febrero de 1954. Este hecho prueba que en esa etapa de su vida pública y privada, Neruda tenía especialmente presente al genial malagueño.
El día 12 de julio, Pablo Neruda celebraría su cincuentena e invitaba a Chile a su amigo Pablo Picasso. Deseaba que asistiese a las festividades de celebración de su cumpleaños; evento que -como es fácil colegir al leer NERUDA de Volodia Teitelboim (capítulos 120- 121)- tendría una connotación política de gran envergadura; tanta como la que tuvo en aquellos eventos europeos que unos años antes habían contado con la presencia de ambos. Debería, en un país de Hispanoamérica en el que se quería reunir a personalidades de todo el mundo, tener gran connotación. Y, para contribuir a ello con su tremendo prestigio, al país a cuyo puerto principal había arribado un día el Winnipeg, Picasso, el pintor del Guernica, no debería faltar. Pero el pintor no acudió a la cita. Y puesto que a esas alturas de su vida, era veinte años mayor que Neruda, sin excusarse ignoraba invitaciones que le habrían demandado harto menos sacrificio, puede que se haya creído que esta vez tampoco se había tomado la molestia de acusar recibo o dar respuesta a la invitación que le remitía su amigo Pablo Neruda. Nuestro hallazgo prueba -quiere probar- que la dió. Su respuesta a la invitación nerudiana, fue dibujada en el diario en el que todo lo pintaba. Retrató a Neruda en la hoja fechada el 17 de enero de 1954, titulándola "Visita en el Atelier", refiriéndose seguramente a aquella visita del poeta que éste llamó Llegada a Puerto Picasso.
Este retrato ha de haber sido la respuesta y regalo de cumpleaños de Picasso a su amigo Neruda.
Si dibujo y mensaje llegaron a destino, no se sabe. Pero sí que el valioso dibujo fue exhibido por una galería de arte en Italia, algo más de un año después de la muerte del poeta chileno. Es más agradable pensar que Neruda no conoció este dibujo nunca mencionado por él. Eso es mejor que suponer que al verlo no le gustó por considerar que caricaturizado así, de obeso y calvo poeta cincuentón, era víctima de una broma pablopicassiana que le ridiculizaba inaceptablemente.

Si fue así: lamentable. Rafael Alberti, por ejemplo, publicó alegremente el dibujo con el que Picasso lo inmortalizó con bastante más crueldad.

El personaje que visita al pintor en su atelier es Neruda. No hay duda. Es el Neruda que quedó archivado en la fotográfica memoria de Picasso el día en que ambos fueron fotografiados en la clara reunión de las banderas.






BIBLIOGRAFÍA Y NOTAS



A) Principales obras consultadas (selección)

Pablo Neruda.
1.Obras Completas. (OC, Tomos I, II, III, IV y V) Edición de Hernán Loyola. Con el asesoramiento de Saúl Yurkievich. Galaxia Gutemberg. Círculo de Lectores. Barcelona 1999-2002.
2.Biografias y estudios nerudianos de: Volodia Teitelboim, Margarita Aguirre, Hernán Loyola, Jaime Concha, Manuel Jofré, , Bernardo Reyes, y muchos otros.

Pablo Picasso.
1.Obra catalogada. Biblioteca Kunsthalle Bielefeld.
2.Biografías y estudios picassianos de Pierre Daix, Pierre Cabanne, Antonina Valentin, John Richardson, Hélène Parmelin, Santiago Amón y muchos otros.

B) Notas en el texto:
1) Cuadernos de la Fundación Pablo Neruda. Santiago Chile., N° 35, 1998.
2) Alberto Rojas Jiménez se paseaba por el alba. 1994. Ediciones de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos. Santiago.Chile.
El poema "Alberto Rojas Gimenez viene volando" de Neruda, (OC, I, págs. 335-338), se publicó por primera vez en la Revista de Occidente (Madrid, julio 1934)
3) "Pintura Nueva" y "¿Y en Chile? Los Independientes de 1927", artículos de Rojas Giménez en los que se refiere a Picasso, reproducidos en (2).
4) Biografía de Huidobro. Volodia Teitelboim
5) Pablo Neruda. Aquí Estoy. OC Tomo IV (págs.374-380)
6) Fernando Sáez. Todo debe ser demasiado. Biografía de Delia del Carril, la Hormiga. Ed. Sudamericana. Santiago de Chile. 1997.
7) Pablo Neruda. La Barcarola (OC III, pág. 212). Además: Robert Desnos. A la misteriosa. Las tinieblas. Ed. Hiperión. Madrid. 1996. En la Introducción (de Ada Salas y Juan Abeleira) ver nota 14 (pág. 23).
8) Hora de España, III, Valencia, 1937. OC Tomo IV (págs. 388-393).
9)Pablo Neruda. Veinte Poemas de amor y una canción desesperada. OC, Tomo I (págs.191 y 1148: Poema 16, paráfrasis a R. Tagore)
10) Faride Zerán. La guerrilla literaria. Huidobro, de Rohka, Neruda. Editorial Sudamericana Chilena. 1997.
11) Pablo Neruda. Las Uvas y el Viento. OC Tomo I (págs. 922-923 y 1069-1072)
En Confieso que he vivido, Neruda habla del primer, pero no del único discurso de Picasso.
12) Romain Rolland, Premio Nobel de Literatura 1915, pacifista al que se llamó „la conciencia de Europa". Picasso pintó el telón para una obra de teatro suya.
13. José Miguel Varas. Nerudario. Ed.Planeta Chilena, 1999.
14. id. "un tal Germán Denis Barreiro o Ferreiro": en Nerudario, pág. 137.
15. Marcos Chamúdes. Picasso, arte y libertad. Santiago de Chile 1980.

AGRADECIMIENTOS


Al gran estudioso de la vida y obra nerudiana, Profesor Hernán Loyola; a Darío Oses, escritor, periodista y director de la Biblioteca de la Fundación Pablo Neruda; a Rafael Inglada, de la Fundación Pablo Ruiz Picasso del Ayuntamiento de Málaga (España); a Lorenzo Saval, poeta y pintor, director de la Revista Litoral (Málaga); al poeta Miguel Moreno Sanchez de Córdoba (España); al gran Jorge Aravena Llanca, cuyo archivo en Berlín estuvo a mi total disposición; y a mi amigo Luis Martínez S., de Proyecto Patrimonio, página chilena al servicio de la cultura.

** Eugenio Arias gran amigo y peluquero personal del pintor por muchas décadas, vivió con él los eventos políticos en los que éste participó, así también fue testigo presencial de la llegada de Pablo Neruda a Vallauris (Francia), pueblo en el que aún reside. A sus más de 90 años es poseedor de un Museo Picasso cerca de Madrid (Buitrago) fruto de las obras obsequiadas por el pintor. El autor agradece su valiosa colaboración.


Enrique Robertson
Abril de 2003

Nota :
Este artículo es publicado también en el sitio :
www.letras.s5.com , proyecto patrimonio
"proyecto patrimonio es una página chilena que busca dar a conocer el pensamiento y la creación de escritores y poetas, chilenos y extranjeros, publicados en diarios, revistas y folletos en español".

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