escaño a lo inmemorial indivisible teseracto
cuerda abandonada a su suerte
sibilancia descostura
invierno de un tenue corazón blindado con cáncer del ser.
flujo andando por la acera
hoguera
reflejo plástico de un vuelo
caída de la lluvia
de manos curtidas
pétalos de vidrio
alas
quistes
raíces enterradas en el río
a la vuelta de la esquina
bajo tierra
existiendo casi sin saber
obnubilación
ceguera
sensación de viento de asfalto de cieno
del beso náufrago
de la luna caminando descalza
adolorida de tanto riesgo
de la velocidad del aguijón.
me observa un eclipse y desaparece
sublime abstracción de las formas espectrales
reconstrucción de un sueño
de hojas cósmicas
de alguna estrella con insomnio
con ganas de cielo
ganas de humo
de estrellarse y reventar las pupilas
cantos rojos
inmóviles volitivos adormecidos voraginosos
sobreviviendo al entierro
a la propia ausencia
retornando su rostro a contemplar su corteza
cáscaras
máscaras
paisaje oscuro desequilibrado inefable
luego
el cuervo ingresa al edén
pasea junto a cardos
piensa en su procedencia en su distancia
en la imagen inflexible de su universo fugaz
el gesto de su último aliento de titán
se arrodilla y contempla su sombra balanceándose
atada del cuello a la inocente rama de un árbol.