Heine traicionó el secreto de la democracia: Wir kämpfen nich für die Menschenrechte des volkes, sondern für die Gottesrechte des Menschen. Nicolás Gómez Dávila



Heine traicionó el secreto de la democracia
por siglos fue albacea de esta radiante joya;
-pectoral de escarabajo alado en el pecho de Tuntankamón-
en algún momento de desafortunado descuido
pensó en voz alta ante el público sin saber lo que decía;
desliz infantil de tamaño descomunal
traspié que hace reír al monárquico arrobado.

Despejada la neblina ese secreto queda descubierto
el fajín que ceñía su túnica de mandatario democrático;
se afloja y el pergamino cayó de sus manos con estruendo.

Y allí decía: "Nosotros no luchamos por los derechos del hombre para bien del pueblo, sino por los derechos divinos del hombre."
Aquel lema era la máscara del ídolo azteca
ataviado con su vestimenta de fábula,
rica de entorchados y alamares;
y coronado con el águila de penacho indígena
que arranca gritos oceánicos a la multitud.

Ya todo está ahí descrito con precisión
no hay más nada que agregar,
sólo que el pueblo es usado para representar la mascarada
y alentado por una falsa efemérides;
se reúne en la península utópica
obligándolo a reclamar con tono de herejía
nada menos que los derechos divinos del
hombre.

Jorge Ángel Luna Rosado
Pintor y poeta colombiano