Treinta y siete años cumplo hoy
vértigo audaz
girando al filo de la navaja
ígneo viaje,
sintiéndome extranjero en el mundo
y transitando
por la senda del lobo estepario
te bendigo abril,
sobre todo porque fue el día doce
la primavera,
desplegada en un mes eufórico
pequeño burgués
que odia la burguesía fragante
de margaritas
y crisantemos
sin embargo esparce
un aguacero de rosas.
Mis pasos andan presurosos
absurda neblina
melancólica me desafía
¡Treinta y siete años!...