Qué pena siento, la que se transforma en impotencia, en rabia parida, cuando leo textos en la RED de quienes se consideran consagrados poetas y comentados y aplaudidos por quienes se manifiestan como sus pares y peor aún todos ellos se juntan en cofradías, que desde sus templos intentan dominar el ámbito literario, incluso promoviendo concursos en los que obviamente, no prima principalmente el buen arte.

Ellos en el mejor de los casos, hacen prosa poética y la cortan en versos como si la poesía fuera eso. El gran Federico García Lorca en su época ya advertía de ello. Prosa rebanadas en torrejas que ellos simulan o creen que son versos. Un acto de suprema crítica consigo mismo, sería para ellos, si es que el inconsciente les hizo escribirlo de en esa forma - ya cortado en seudo versos en encabalgamiento-, sería el de juntar todos ellos en forma continua. Sólo ahí caerían en cuenta que lo que han hecho, no es un poema, pues sus formas son absolutamente lineales.

¿Qué puedo entonces enseñarles a mis alumnos, si ellos los leen y se impregnan de aquello, que simula ser un buen poema y más aún, si observan que hay quienes les aplauden sus escritos que han hecho de esta mala forma? Me responderá más de alguno, que así es la vanguardia, o el postmodernismo. La verdad es que un poema va mucho más allá de la prosa poética. Si bien es cierto, escriben usando figuras literarias, con cierto ritmo, incluso con algún grado de melodía, pero, insisto, un poema va más allá de la prosa poética. Si me detengo a pensar en un artista pintor, el que se deja llevar por su entusiasmo, cuando junta colores y los lanza a la tela obviamente con armonía en ellos, creyendo que ha efectuado una obra de arte cuando lo termina; pero, se ha demostrado ya hasta el cansancio, que aleatoria mente, incluso con el uso de animales, en algunos casos, se logra aquello; una buena pintura va más allá de aquello, deberá tener formas explícitas, que le otorguen además de los colores, su calidad de obra de arte. Insisto nuevamente, un buen poema, aparte de su fondo o contenido, el que debe estar escrito en la belleza de la síntesis, con el ahorro consecuente de palabras, que obviamente deben llevar a uno o muchos lectores, ojalá a una interpretación por cada uno, a través de los pasillos de su imaginación y de su inteligencia, con adecuadas explicaciones, más allá de lo que quiso decir el poeta. Un poema debe ser un acto creativo, en que la novedad, la sorpresa, el encantamiento estén presentes. Lamentablemente, hay quienes le siguen esas formas, lamentablemente la juventud, copiando ese proceder y peor, con escritos mezquinos en figuras literarias y musicales, y más aún creen que han escrito un buen poema y que no pasa de ser una reflexión, en el mejor de los casos, pues muchos no son nada más que catarsis. Un poeta es un profeta de su tiempo, un piloto que navega en su platillo volador, no sólo encima de las nubes si no por el espacio sideral, a través de galaxias atravesando las infinitudes por agujeros de gusanos y sumergiéndose en los profundos hoyos negros y que por ser ellos quienes son, logran romper esas increíbles fuerzas gravitatorias, y por supuesto en el símil de sus universos interiores también. Qué absurdo, es todo lo que mis ojos ven en este orden de cosas. Quién realmente hará que la buena poesía reine nuevamente en la literatura? Naturalmente hay quienes, los menos, hacen buena y excelente poesía de vanguardia, en las formas libres que se han apropiado, ya hace más de un siglo en la poesía, pero son sobrepasados por este nuevo proceder, que en mi parecer no llegará a ningún puerto seguro en el horizonte poético. Y para terminar, sigo pensando que el verso libre es uno de los más difíciles estilos poéticos, pues para quien los escribe debe tener apropiadas e internalizadas todas y cada una de las técnicas poéticas, pensar de otro modo es caer en la inconsecuencia poética.

Lo que he dicho anteriormente no es nuevo, pues como lo escribí en párrafo anterior, ya lo adelantaba en su tiempo Federico García Lorca, cuando decía, entre otras cosas, que había que tener cuidado con el verso libre. Los grandes innovadores de la poesía, aquellos que hicieron del verso libre su estilo, al igual que poetas como Alfonsina Storni, Vicente Huidobro, Rosario Castellanos, Pablo Neruda entre tantos otros, primero estudiaron el clasicismo, dejando prueba de ello para la posteridad en sonetos, madrigales, romances, décimas, etc. Este estudio previo les permitió, estoy cierto de ello, que internalizaran inmejorablemente ritmo, melodía, figuras literarias, pero sobre todo la fuerza y la novedad que debe tener un buen poema y, como un punto aparte y sin tener menor importancia, la no disgregación de una idea poética en versos, diría yo, casi en espiral en que se repite una y otra vez la idea, típico en la juventud pseudo-poética. Toman en cuenta que esta espiral es una muy buena idea en poesía, pues no todo poema debe corresponder a una idea relacionada con un tema cerrado, también lo puede ser con temas abiertos, como se da en todas las ciencias y que en el verso libre se pueden dar con mayor holgura, pero no piensan (así lo creo yo) que la condición para escribir en espiral es que en su recorrido la idea no se torne repetitiva, pues ello cansa al lector de buena poesía, confundiendo ellos esto último con un ritornelo. Unos olvidan y otros desconocen, que el recurso de la repetición de ideas es un recurso didáctico y obviamente un lector al leer poesía está muy distante de querer aprender la o las ideas que le entreguen en un texto poético.

Cierro esta reflexión con la secreta esperanza que la inteligencia y la buena poesía vuelva a reinar nuevamente en el parnaso.

Valdiva, Chile.
Invierno de 2010
Lionel Henríquez B.