En tu rostro duerme un tulipán
jamás el maquillaje le brindó falso brillo,
esa frescura natural agrega sensualidad
a la geografía dibujada por tu figura;
y así mi poema sonríe entre espinas.

Tu piel de nácar envuelta en el albornoz
resplandece despreciando al visón,
la noche despierta estrellas apagadas
y mi súplica acosa a tu oído;
duermes en mi pecho despertando viejos versos
también nacistes a principio de los años setenta
época especial para la humanidad;
la Generación X entraba en la escena
todo eso palpita en nuestro universo
cuando desatas tu furia rubia.

Los sueños se enredan en esa blonda cabellera
bordando el orillo como trenzadora de coronas,
caricias que le imponen serenidad al vértigo
el ciprés florece bajo la sombra del megalito;
con un beso sellamos este idilio
ningún lápiz puede dibujar aquel instante
y sólo puedo mostrar el lienzo en blanco.

Aquella canción borra mis notas de cantor fúnebre
con una suavidad que me sorprende,
palpito como un volcán y tú permaneces serena...
y envuelta por un hálito de los brezales
despiertas mi música con esa mórbida cadera.

Jorge Ángel Luna Rosado
Colombia