No escucho ya los pasos de la lúgubre hondonada
no guardo los recuerdos de los picos de botella
no pienso en el bullicio de fragores de cañones
ni quiero despertar a la venganza nuevamente.

Soy parco y solidario, desmedido e infinito
soy fiel a mis aristas que seducen los aromas
soy uno con el mundo, aunque sufra en sus silencios
soy lágrima serena que se viste de rocíos.

Y no soy huracanado ni el aliento de un tornado
ni la furia del ciclón que destruye lo creado
soy más bien como la brisa perfumada de azucenas
de jazmines y de rosas y...hasta a veces...de salitre.

Soy el hombre que resurge del dolor que caminaba
y el silencio que no esconde su mirada que indignada
cala hondo y cala fuerte en el alma del hermano
y le llama la atención sin decir nada de nada.

Soy sonrisas que saludan tus andares, tus veredas
soy las luces que iluminan los espejos de tus vidas
soy el todo, soy la nada,
soy tu sombra y el recuerdo que dejara en tu morada.

Soy también la fogarada
soy la astuta llamarada
el crisol que fortalece al acero de tu espada
soy tú mismo disfrazado de uno más en tu explanada...
Soy reflejo de tu psique, soy tu alma reflejada
en pupilas que me miran con el brillo de las hadas...

Soy la magia hecha palabra, soy el verso que te busca
soy la vida que te aguarda en la nueva encrucijada
donde todos somos uno...uno solo que se ama
que se ama
que se ama