Hemos alcanzado la cumbre de la civilizaciòn
un nuevo orden rige los ritmos acelerados
de màquinas, engranajes y direcciones,
nos zambullimos en vertiginosa carrera
y no entendemos que corremos hacia la Nada.

No nos interesa daños ecològicos ni sociales
el calentamiento global,
sòlo es algo que tenìa que pasar
todo pasa ante nuestros ojos y no entendemos
se nos escapa la solidaridad,
todos estamos tremendamente hambrientos
hambrientos de paz, justicia y amor
y las lìricas preguntas quedan sin respuestas.

Se confirma la transmutaciòn de los valores
tal como barruntaba un incomprendido hace dos siglos
descendemos por la inmensa pendiente cuesta abajo
sin chicanas, ni frenos protectores,
teniendo como ùnica perspectiva la incertidumbre.

No vivimos, simplemente sobrevivimos
a la catàstrofe demoledora
nuestras fuerzas son insuficientes para sostenernos
adolecemos de perspicacia para comprender
y callamos ante lo innombrable.

Ahora irrumpe el narcotràfico terrìfico
aplastando todo con un poder tremendo
cosa que nunca se habìa visto en los anales universales
estamos solos, melancòlicos y heridos,
y buscamos el vèrtigo total para desahogarnos
cual ciclista que alcanza la meta en un sprint.

¡ Y... en medio del ìmpetu, violento, turbio y frenètico,
todos esperamos ansiosos el gran climax de la Historia !