AGUA DE LUZ

Por Sergio Hernández Gil

muros del ser
desintegrados
paredes de agua

ríos de sangre en el abismo
noches de sal y de esperanza
agua del desierto
arena líquida
semblante de luz

¡rostro al fin!

mirada sin otoño
eterna primavera
sueño gigante
florido jardín de los deseos
juego de niños

agua que se mezcla con el agua
iguales al fin para lo eterno
cuerpo pequeño de mis besos
hechicera cromática
dueña de mi vida cancelada

aire de mis alimentos
fuego del volcán de mis entrañas
titán de mis brazos amarrados
casa donde habitan los sueños
del hombre sumergido
en las entrañas de la tierra

sol del esclavo maldecido
por los dueños de la cárcel


rompecadenas libertaria


horizonte de agua, mar
de vida para el alma, montaña
de luz para los ojos, nube
del aliento, ave y pez
mariposa de fuego

alcatraz de vida
en cada noche
que bebo de tu pecho

mujer de las manos tibias
asidero del náufrago, flor
que retoña a cada instante,
inmortal memoria de la historia

llueves a ratos en mi pecho
cuando clama el corazón
por tu distancia

perla deliciosa de la costa
tómame ya, llévame en ti
y deja que te pulse

lentamente

en cada tímida caricia
a las células de tu alma

y que te abrigue toda con un beso
como un manto protector
para en una noche silenciosa y larga
con la malicia sin pudor de un niño
desgastar en ti mi amor

déjame ser tuyo
morir pensando en tu mirada
para echar raíces en la vida
--en el lago profundo y largo
de tu sexo enamorado--
y en la cosecha primera,
pájaros del naranjo en flor
ya tus panales de vid
y de ambrosía, volarán desnudos

un beso, otro beso, y otro más
nos resuelven la vida
nos purifican
santifican nuestros cuerpos
como si fuesen espigas
para el pan ya listas

aroma y frutos submarinos
cada vez que acaricias mis cabellos
y cubres con tu boca mi tristeza

ángel centinela de la nada
ata mi razón a una pluma de tus alas
y deja que comprenda la luz
que me sorprende al alba
y al mar que miro en una gota de agua
para entender la vida… y darla

saberse de pronto en este mundo
gritarse adentro, dentro
desgarrarse afuera, fuera
tocarse con las yemas
el más recóndito lugar del cuerpo
y llevar las manos a lo alto
para unirse con el sol
y el universo, fundirse
en el crisol del cosmos y lo eterno

saberse de pie sobre el planeta
con la frente alta

amar como aman
el carbonero y la planchadora
el pupilo de Marx y la seguidora
de Platón y de Aristóteles

amar como ellos
simplemente amar

amar es curarse las heridas mutuamente
darse sin reservas para siempre y hasta siempre
es conocerse desde mucho tiempo atrás
en el primer encuentro
y que pasen las horas en segundos

es despertar pensando en ti
dormir soñando en tu mirada
morir del corazón a la piel
cuando me alejo

sufrir de nostalgia
en tus ausencias

amar es liberarse de cadenas

ni corazón de ristre carcomido
ni alma de panal adormecido
sólo fuego de cañón
desde la vena aorta
hasta la última célula

amar es conjunción
de dos cuerpos que se entregan
en la hierba o se entrelazan por la noche
en una danza de estrellas

es un eterno vaivén
de olas y violines
sin más frontera que unos labios
y sus húmedos caminos

amar es llevar de la mano a un niño
para darle un goce secreto,
misterioso, un nuevo dulce
que descienda hasta sus manos
en los cantos del ave, en el trinar
del río, en los golpes de piedra
contra el agua, en los saltos
gigantes de cascada que hay
en un beso de amor, en los remolinos
de sus propios sentimientos,
en la costra de su rodilla lastimada
en cada grito sostenido
en cada ventana rota

por todas las palabras pronunciadas
y las risas que flotan en tu boca
mariposas que nacen
mueren, nacen, mueren, nacen
una a una en cada rosa
en el latir magnífico del sexo

amar es andar ligero los caminos
sin más ropa que la luna llena
ni más alimento que tu nombre
tatuado en mi memoria insomne

de la noria a la casa y de la casa al templo
todo por el cuerpo venerado
sus montañas y sus valles

en su villa quedarse una noche
amando las campanas de sus sueños
y empezar otra vez en otra noche
en otro extremo del santuario

no descansar, ¡oh! ¡hermosa niña!
hasta rodear al mundo que amas
penetrar su alma y entregarte al
planeta ambar de tus ojos

arrecife de sirena silenciosa

y luego la comprensión eterna
la muerte tranquila y silenciosa
la integración al cosmos

de nuevo nacer para entregarse
en un inacabable amor a lo que ames
y tenerse sin fin
entre los ayes del placer y del dolor

para seguir buscando

muros del ser, desintegrados
paredes de agua