En las mañanas luminosas,
te rodea la luz...

Y yo, silenciosa y apagada
en contra de todo, como guerrera solitaria...

Estoy tan triste,
que todo esto parece la muerte.

Soy como el día y la noche...

Alegre y triste, como un rosal muerto...

Que en antaño dió alegría,
y ahora causa pena.

Quisiera sucumbir,
acabar entre abismos ardientes...

Pero soy cobarde,
y temo a la muerte.