En una clínica de Laranjeiras, en Río de Janeiro, Brasil, Dagmar espera el momento de su consulta. Entre tantos bellos chicos presentes sólo uno que sentara delante de la misma, era de su interés. Solteira ya desde hace algún tiempo, por alguna razón, Dagmar ya se hizo quemado en brasa. El hecho es que este muchacho, Norberto, también, en cierta medida, la flertava. Parecía ser muy simpático. Después de varios minutos de espera y el intercambio de miradas discretas, y siempre acompañado por algunos sonrisos sin gracia, Norberto decide intercambiar algunas palabras:

- ¿Sabía que usted es interesante?

- ¿Interesante?

- ¡Es interesante!

- ¿Interesante cómo?

- Interesante...

- Ah ... Usted también es... ¡Interesante!

A pocos minutos de conversación y los dos ya eran conscientes de los gustos de cada uno. En uno rompante de silencio, en la timidez de algunas palabras de Dagmar, Norberto hizo romper el hielo que novamente ecoava:

- Sorprendido el retraso, ¿no?

- ¡Clínica barata!

- Es... Tienes razón. ¿Usted es de onde?

- Yo soy de Rio de Janero ¿y usted?

- Yo soy de São Paulo.

- Mira... ¡Interesante!

- Es... ¡Pero me encanta el Rio!

- ¿Incluso?

- Me encanta. ¡Las mujeres son más bellas!

Encabulada, pero de alguna manera convencida, Dagmar quería tirar más conversación con el chico, pero temia que el pensamiento aparece. Sin embargo, es muy difícil que siga la cosecha, ya que el muchacho era bueno en conversa:

- ¿Usted llegó aquí para consultar por qué?

- La falta de dinero.

- Pero, ¿qué tienen? Así... ¿Físicamente?

- ¿De la enfermedad, dice usted?

- Es.

- ¡Nada! Examen de rutina.

- ¿Menos malo entonces?

- Es.

Dagmar utilizando duro. de la seducción, todas las armas. Arreglava lo cabello, lo fitava... Y fue un bueno rendimiento... Él respondió a todo y continuó:

- ¿Sabía usted que sus ojos son hermosos?

- Ah... Gracias.

- ¡Son incluso! ¡Bien bonitos! Verdes, ¿no?

- Es así... Furta-color! Él cambiam. En el verano significa case que azul.

- Lo sé... Que bueno... ¿Ha ocurrido alguna vez con usted de desear una persona en una clínica?

- No ¿Por qué la pregunta?

- Bueno... Es que para mí esto es lo que está sucediendo ahora.

- Ah... ¿Es?

- Es.

Dagmar tiene un risinho avergonzado. E muy confusa... No sabía hasta donde debia ir. Si muy afoita, puede parecer con él, sin vergüenza, e se muy tímida, detuva. Entonces ella decidió revelar tímidamente su incendio en brasa:

- Ai... ¿Puedo confesarte algo?

- ¡Puede, por supuesto!

- Me mintió. Se pasa a mí también.

- Ah... Mira... ¡Interesante! ¿Y lo que hacemos con esto?

- No lo sé...

La forma que respondió Norberto de todo salió muy bien! De hecho, la táctica era derecho y el trabajo sucedido! No más de todo de repente, él se atrevió a ir un paso más allá:

- ¡Vai tomar para sermos servidos!

- Vai.

- Podríamo dar una volta... ¿Qué piensa usted?

Y Dagmar también comenzó a mostrar sus alas. Passava la cosecha ahora como tímida, e a veces como negrita:

- Creo que hay mal ... ¡Puede ser interesante!

- ¡También creo! ¿Deje que nosotros?

- ¿Pero dónde?

- ¡En el techo!

- ¿En el techo?

- Es.

- ¿No es peligroso?

- Bien... Depende!

- ¿Depende de que?

- Si la gente está segura... ¿No es?

- Hum... Yo entiendo...

- ¿Entonces?

Después de la convocatoria es la mitad que la de confundir, pero todo su cuerpo quemado, e incluso dio signos de esperanza. No más de un instante, olvidou a los débiles y centrarse en negrita:

- ¡Sí. Vamos!

Y entonces los dos subieron. Hicieron el amor a plena luz del día en el techo de la clínica médica abandonada, que desfazia a los ácaros. Repetiram varias veces la parte del furor que sus cuerpos reclamavam. Después de la última y por lo menos en el jefe de Dagmar, "la última de lo día...", fue dañado de pecho a cielo abierto y casi completamente pelados. Dagmar, esbaldando en el techo se aseguró con la nata, mientras que Norberto acendia un cigarrillo:

- ¡Oh, que esta fue la cosa más loca que yo lo hizo!

- Yo también.

- ¡Por lo tanto, es bueno hacer estas cosas en el techo! Nunca lo hizo esto antes.

- Ni yo.

- Una vez en la luz del día... Al principio yo estaba asustada, pero luego luego... Ai... Usted celebró yo también! Ni había el temor de caer.

- ¡Si caesse no habría problema!

- ¿Cómo así?

- Usted no moriria.

- Es, ¡pero podria me herir! Creo yo. Pero fue tan bueno... Se trata que tengo ojo para usted desde su llegada!

- ¿Verdad?

- ¡Verdad! Creo en el amor a primera mirada, ¿y usted? "

- Yo no.

Dagmar pensó un poco en la respuesta del niño, pero continuó la recogida de casi cualquier cosa... Sin embargo, extremadamente delicada:

- ¿Y si digo a usted que soy enamorada?

- Enamorada...

- ¡Sí, enamorada! ¿Quieres casarte conmigo?

- No

- ¿Por qué?

- ¡Porque es una chica Burra!

Confusa, Dagmar dijo... No significa nada más este chico. Después de todo lo que han hecho... ¿Por qué la convocatoria? "Si lo hiciera, tonto... Si ha utilizado... "Yo repetirse. Y quierendo comprender mejor por qué dijo esto, continuó:

- ¿Cómo burra?

- ¡Burra!

- Yo no soy una burra.

- Sí... Es una burra.

- Pero, ¿por qué?

- Porque nosotros vamos a morir.

- ¿Cómo así? Un día todo el mundo muere, mi hijo! Usted está buscando a matar a mí?

- ¡Ha es muerta!.

- ¿Cuándo?

- Ahora.

- ¿Cómo así?

- Yo soy HIV, burra!


Texto escenado en la pieza teatral "Scanner"
Autor: Oscar Calixto
Todos los derechos reservados / 2008