El día de pronto se tornó confuso...el sol le calentaba la cabeza; sus pasos eran lentos y sintió la necesidad de pedir ayuda; solo que no había nadie a su alrededor; al menos nadie de forma humana. Le pesó en el alma estar borracha sin tener un sol en el bolsillo y estar tan lejos de la ciudad... Ese campo se tornó siniestro y le pesaron muchas cosas...una gran y sola lágrima le empezó a correr por la mejilla y un cosqilleo de terror la hizo estremecerse. La cabeza le empezó a doler de forma acelerada, las sienes le latían y en su cabeza nació una paranoia que rapidamente se alimento de todos sus demonios interiores y de su siniestro pasado . Sergio se había ido su gran carro Camaro la dejó en medio de Cienegilla, pelearon de forma horrible hasta que las respuestas airadas de Laura fueron apagadas de golpe por una feroz cachetada que le asotó en plena boca; un hilo de sangre fina comenzó a deslizarse por la boca de Laura. Salió del auto y Sergio partió de ahí maldiciéndola. Entonces ella empezó a caminar, pensó en toda su vida y supo que pudo tener un mejor futuro pero siempre fué indomable y ciertamente errática. Caminó y caminó hasta que de pronto lo vió; era un ser , casi indescriptible , una bestia feróz; un perro enorme de forma monstruosa, un Fila Brasilero con rayas atigradas en las patas traseras y ella supo de alguna manera que se acercaba su final , al parecer iba a morir. La adrenalina que sintió fue fuertìsima....El animal se avalanzó a su pierna derecha producièndole dolor y terror simultáneamente; los dientes se clavaron hasta los huesos...las fauces del feroz animal se clavaron en su cuello , estómago, en su cara y sus atronadores alaridos se mezclaron con la pena de morir dejando las cosas amadas. Sus gritos se fusionaron con la naturaleza y siguieron retumbando a travez de los años , pues después de este infernal ataque los gritos de Laura quedaron grabadosen las rocas , en el suelo y en el tiempo ... Al cabo muchos años dos parejas aparcaron por donde Laura había muerto ; eran hermosos los cuatro,jovenes y llenos de vida , eran amantes de los lugares solitarios , donde la compañia no es un inconveniente. La màs apetecible do todas era Carmela y despuès de besos y muchos manoseos exclamó: chicos, no escuchan unos gritos terribles, algo así como si estuvieran atacando a alguien?
Tambien se oyen unos gruñidos...contestó Beto.
Vamonos, contestaron las chicas al unísono.
Los chicos se opusieron...había que ayudar al que clamaba a gritos tanto dolor y miedo.
Se bajaron todos dispuestos a la lucha, y de pronto los alaridos cesaron, se formó como un silencio abrumador, nada sonaba, el viento no soplaba, y no se percibían signos de vida...Hasta que apareció...Era la descomunal bestia, al parecer seguía vivo después de tantos años, el mismo animal endemoniado que había destrozado a Laura en ese mismo lugar.
Era extraño que aùn viviera, los perros no viven tanto...Solo que este animal se alimentaba del terror de las personas y de sus demonios interiores. Era el animal poseso que no podía morir , aquel que se regocojaba con los estertores de la agonía.
Y comenzó el ataque, en un relativo breve tiempo los pedazos sangrientos de las chicas y de Beto comenzaron a esparcirce regando el color verde del césped con el color rojo de la sangre.
Ricardo miró la escena impasible; él nunca tuvo miedo pues Laura fué su madre y su muerte y sus gritos se convirtieron en una leyenda.
Por eso el mounstro no lo atacó; Ricardo y su miedo murieron cuando supo lo de su madre, su espíritu se había vuelto de piedra.
Y de pronto,como por arte de algun sortilegio , no comprensible para los humanos , la totémica bestia empezó en disolverse en pequeños fragmentos de polvo, finísimo. arenoso, hasta que una ráfaga de viento algo fuerte se lo llevó hasta evaporarlo. No se oyeron nunca jamas los gritos de la montaña y Ricardo supo que el alma de su madre al fin descansaba por toda la eternidad.