No es posible imaginar que detrás de las maravillas que vemos día a día en este mundo no exista algo Divino que las haya creado. Me niego a pensar que estamos aquí rodeados de Milagros, Belleza, Sentimientos Emotivos, Paz, Amor, y tantas otras Esencias Puras, fruto de la casualidad.
¿O no es un Milagro el prodigio de dar vida, escuchar el llanto de un niño recién parido, mientras su madre sonríe henchida de felicidad a pesar de los horribles dolores que ha padecido para que se produzca?
¿O acaso no es Bello admirar la perfección de la Naturaleza, que podemos contemplar hasta en lo más nimio como pueda ser el canto de un pájaro, pero insuperable incluso por la más hermosa melodía que el hombre pudiera componer; o en la majestuosidad con la que el sol nos abandona al llegar el ocaso llenando el cielo de colores y matices que jamás podría ni asemejar la más lograda obra de arte salida de la brocha del mejor pintor del mundo?
Me dirás que también hay dolor…, pero incluso en el dolor podemos ver la mano de Dios; ¿o no es Emotiva la caricia que el hijo da en la mejilla a la madre en su lecho de muerte, muestra de que en todo corazón habitan sentimientos puros inimaginables de haber sido concebidos por el azar?
¿O es posible que la Paz y Sosiego que se siente al volver a casa y recibir el cariño de la atenta Esposa y el beso del diablillo del que tan orgullosos nos sentimos de llamar Hijo sean fruto de algo no Sagrado?
Porque a pesar de las imperfecciones del Hombre, y de su enemigo… el Hombre…, aún hay esperanza pues aún existe, hasta en el corazón más frío, lo más Poderoso, Eterno y Celestial que Nuestro Señor nos regaló: EL AMOR.
¿No ves detrás de todo esto algo tan Glorioso como la Mano de Dios?
Yo sí…
Pero aún veo más lejos.
Porque el mayor Milagro, los más Bellos Sentimientos, los momentos más Emotivos que me producen Paz infinita, lo que más Amo en esta vida…habita en ti. Eres toda tú.
Pero al mirarte no veo la Mano de Dios. Veo la misma Esencia de Dios volcada en su más Bienaventurada Creación.
Y me hace creer que tu presencia en este mundo…. no es casual.
Y me hace creer en Dios.
Y me hace creer en ti, Diana.

Te amo.